Juan Bautista / Perera / Talavante
Valdefresno (2º, 4º y 6º) y Hmnos. Fraile Mazas (1º, 3º, 5º)
Cazo al vuelo como titular una de las exclamaciones en el cuatro cuando al cruzar los toreros el ruedo camino del hotel, algunos aficionados les aplaudían. Tengo unos cuantos apuntes, pero no voy a caer en la tentación de reproducirlos: ¿Para qué? Lo único que haría sería justificar lo injustificable. Incluso he pensado en salvar a Perera de la quema, pero como se puso tan cansino…
El toreo está lleno de tópicos. Hemos oído tantas veces que solo vestirse de luces ya tiene mérito… ¡Camelos! Lo saben bien quienes han tenido el valor de retirarse antes que deambular por las plazas… No sigo porque lo mismo es cosa del bochorno, que me tiene aturdido todo el día.
Pues eso, que los fotógrafos de la meseta de la enfermería nos fuimos contagiando del sopor y terminamos acordando que lo mejor de la tarde fue la merienda. Cuando Pedro Jimémez me preguntó por qué toro íbamos confieso que me había despistado y no sabía si eran tres, cuatro o siete. Ricardo me miraba como pidiéndome que le explicara qué es lo que estaba pasando…
Estas corridas son las que tiran por tierra todos los paradigmas, incluso el de Maxwell, porque nada mas salir de la plaza no le importaba a nadie ni cómo, ni dónde, ni cuándo… y lo peor es que tampoco importaba quienes habían toreado.
Un caballo enamorado
Pedro Jiménez haciendo de las suyas
Tres picadores tres
Los saludos en el túnel
Perera estirando
Mirada torera de Corbacho
Valdefresno (2º, 4º y 6º) y Hmnos. Fraile Mazas (1º, 3º, 5º)
¡Dios mío…!
Texto y fotos: J.M.S.V.
Texto y fotos: J.M.S.V.
Perera en el quinto
Cazo al vuelo como titular una de las exclamaciones en el cuatro cuando al cruzar los toreros el ruedo camino del hotel, algunos aficionados les aplaudían. Tengo unos cuantos apuntes, pero no voy a caer en la tentación de reproducirlos: ¿Para qué? Lo único que haría sería justificar lo injustificable. Incluso he pensado en salvar a Perera de la quema, pero como se puso tan cansino…
El toreo está lleno de tópicos. Hemos oído tantas veces que solo vestirse de luces ya tiene mérito… ¡Camelos! Lo saben bien quienes han tenido el valor de retirarse antes que deambular por las plazas… No sigo porque lo mismo es cosa del bochorno, que me tiene aturdido todo el día.
Pues eso, que los fotógrafos de la meseta de la enfermería nos fuimos contagiando del sopor y terminamos acordando que lo mejor de la tarde fue la merienda. Cuando Pedro Jimémez me preguntó por qué toro íbamos confieso que me había despistado y no sabía si eran tres, cuatro o siete. Ricardo me miraba como pidiéndome que le explicara qué es lo que estaba pasando…
Estas corridas son las que tiran por tierra todos los paradigmas, incluso el de Maxwell, porque nada mas salir de la plaza no le importaba a nadie ni cómo, ni dónde, ni cuándo… y lo peor es que tampoco importaba quienes habían toreado.
Hay que reconocer que era el día después y que lo de Morante, como tantas veces se ha hecho con el monstruo (así llama Alejandro Pizarroso a José Tomás) es imposible de imitar.
Francisco de Borja esperando la hora
Un caballo enamorado
Pedro Jiménez haciendo de las suyas
Tres picadores tres
Los saludos en el túnel
Perera estirando
Mirada torera de Corbacho
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