JOSÉ TOMÁS Y EL ALMA DE LA TAUROMQUIA

Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez

No tuvimos otras oportunidades este año de ver torear a José Tomás. Ocurrió en la asturiana plaza de El Bibio en Gijón. Ahora mismo ni nos acordamos si cortó muchas o pocas orejas, pero si recordamos su retirada, después de la faena al quinto toro, marcando los tiempos del saludo del héroe en las tragedias griegas. Y nos acordamos al ver esa actitud de Juan Belmonte, recordando algunas de las fotografías de Baldomero o de su hijo José Fernández Aguayo en las que el "Pasmo de Triana" se retiraba después de entregar el alma. Quizás eso era lo que nos llamaba la atención en esa retirada del diestro madrileño, su aspecto como de vacío, porque se ha entregado lo que había que entregar ante la plaza hasta la bandera. La tremenda verdad de la tauromaquia solo alcanza la verdadera expresión cuando quien va a la plaza como espectador lo hace porque sabe que allí, en ese momento y de forma consciente hay un torero que más que ofrecer su vida es capaza de ofrecer el alma. Quietud fotográfica en cada pase, que con la técnica actual es muy fácil captar, pero toreros como José Tomás nos lo ponen más fácil aún a los fotógrafos. Qué disfruten con esta muestra de la quietud, verdad y estética del toreo como yo lo he hecho esta tarde recordando aquella del 12 de agosto.



































Comentarios

  1. Ese desmadejamiento del que olvida su cuerpo y entrega su alma... Remedando el título de aquel magnífico libro del maestro Posada: José Tomás, el sueño de Belmonte.

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  2. Excelente el texto y las fotos de Manuel Durán, así como el comentario de Juan Medina.
    El sueño de Belmonte, exactamente. Y de Gallito, y de Armilla el Grande, etc.
    Y la "tremenda verdad de la tauromaquia..." NI más ni menos.
    ¡Enhorabuena!

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