Décima de feria (15 de mayo, San Isidro)

Un torero descalzo y dos pinchauvas

Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez

Toros de Garcigande (4 y 5 de Domingo Hernández)
El Juli: Saludo y silencio
Sebastián Castella: Aplausos y silencio
Daniel Luque: Silencio y Silencio

Chulapos y chulapas
No es que sean pinchauvas habitualmente, pero hoy El Juli y Sebastián Castella si lo fueron. Quizás hasta pudieron cortar una oreja en sus primeros respectivos, si la estocada hubiera sido como por ejemplo la de Curro Díaz, en la corrida que abría esta feria de San Isidro y que sirvió para que este torero cortara la primera. Y el torero descalzo fue Daniel Luque, ocho toros en Madrid ya esta temporada y está descalzo de ideas, de torería y hasta de suerte, que también en esto influye.
En el sexto de hoy, toro complicado, manso y que necesitaba otra lidia, sufrió una zancadilla con "deszapatillamieto" en un pie, que le obligó a descalzarse del otro. Y este acto, que en otras ocasiones es señal en Madrid, de raza, rabia, arrojo, ganas de comerse el toro y el mundo, aquí nada. Se quedó descalzo. Antes, nada más terminar Castella con el quinto, el público que rebosó la plaza hasta los vomitorios, huía despavorida. En mi tendido, quiero decir en el tendido en el que me encontraba, porque no soy propietario de este espacio de la plaza, pudimos sentarnos tranquilamente y descansar de la posición genuflexa en la que vimos los cinco toros anteriores. Sin duda este público que abandonaba su localidad en una tarde de expectación sabía a ciencia cierta que el torero de Sevilla, este Daniel Luque que se iba a comer el mundo, no iba a arreglar la tarde... y si además ya venían de ver aquella corrida del domingo de Resurrección y el toro anterior...
¿Entonces qué pasó en la tarde, con las figuras: El Juli y Castella? Pues ocurrió que el toro más aceptable, el de más recorrido y ganas, fue el primero que el diestro madrileño lo cuajó a su estilo y olés en la plaza también sonaron... eso si con los gritos estentóreos de algunos del famoso tendido gritado: "Así no, que no te has puesto, que cuando empiezas a torear". Bueno, el resto de la plaza se llegó a calentar y estaba un tanto feliz con esas tandas y circulares de El Juli, pero en esto que a la hora de entrar a matar y cuando una buena estocada podía otorgar un trofeo, va y pincha. Solo a la tercera pudo conectar su "julipié", aunque cayó bastante bajo y trasero.
¿Y con Castella? Pues sucedió que el toro no era el de su predecesor, obviamente, pero primero con el capote, en los medios, donde lo saludó, se impuso al toro. Y después en la muleta, con este toro incierto y con problemas en su embestida, consiguió dominarlo a base de pisar su terreno y en el encimismo que a veces practica, terminó domando a la fiera. Y cuando también el público podría otorgar oreja por esta porfía, va y pincha y parece como si se le hubieran ido las técnicas del volapié. Y dicho esto, está todo dicho. Día del Santo en mi pueblo, aunque en esta ocasión Isidro se olvidó de echar una mano al ganadero con una corrida descastadilla y sin gracia y unos toreros que hicieron, estoy seguro, lo que pudieron, pero que les faltó inspiración "santina" o divina. Ya les hubiera gustado a ellos estar mejor.
Terminen ustedes adecuadamente la fiesta de San Isidro en Madrid, que no hay por qué plegar a las 24 h. con el día.
El Juli


Catella en su rincón de siempre


Daniel Luque

Paseíllo con alguacilillos


Paseíllo y la plaza hasta arriba


Juli y el capote


Media en los medios


Doblón en el inicio de la faena


Por la derecha iba bien


....y largo


El de pecho


El primero de Garcigrande transmitía


Al tercer intento


Castella recibiendo en los medios


y rematando con esta media


Doblón en el inicio de la faena



Lique y sus chicuelinas


Otro doblón, ahora de Luque
Natural de Daniel Luque
El torero descalzo

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