Decimoséptima de feria (22 de mayo)

Sábado de rejones

Toros de Flores Tassara
Sergio Vegas: saludo y saludo
Diego Ventura: oreja y oreja
Leonardo Hernández: silencio y 2 orejas

Texto: JMSV
Fotos: JMSV y Muriel Feiner

Diego Ventura y Leonardo Hernández a hombros

Tarde excelente para rejones, con brillo en el cielo y en los tendidos. Paseíllo eterno en de los caballos, con la música de fondo amenizando. Los rejones en Madrid, ya se sabe, son un paréntesis en la Feria. No debería ser así, pero para qué engañarnos. Pase lo que pase…
Sergio Vegas tuvo el peor lote y aunque puso todo de su parte no hubo manera por la mansada. El primero estuvo despistado durante todo la lidia y solo cuando sacó a El Fary consiguió calentar al público. En el cuarto salió nervioso el rejoneador, dando gritos a los banderilleros en el cambio de caballos, pero la faena no tuvo en ningún momento interés.
Diego Ventura toreó de lujo en el segundo de la tarde. Cuando sacó al albino Ginés comenzaron a sonar esas palmas de los estadios olímpicos tan fuera de lugar en Las Ventas. En banderillas cortas fue como un carrusel, y a partir de ahí vinieron el teléfono y los demás adornos. El rejón no cayó bien, pero fue suficiente para cortar la oreja. En el quinto hizo una faena seria y completa, y a pesar del segundo bajonazo la siembra de pañuelos le abrió la Puerta Grande al conseguir otra oreja.
Leonardo Hernández tuvo un toro distraído en el tercero, que buscaba la salida y pegaba arreones, tanto que hirió leve a un caballo. Marró con una banderilla y lo bordó en la siguiente, y con las cortas levantó al público. En el sexto con el público ya encandilado todo salió a pedir de boca. Cabalgó de norte a sur y de este a oeste, clavó todo lo clavable, y el toro le siguió el juego para caer rendido a sus pies a eso de las nueve y pico.
A la Puerta Grande esperaba el respetable (algunos no lo son tanto a juzgar por su interés a atacar a los toreros) para aclamar a los dos héroes. Delante iba Ventura y detrás Hernández: Tanto monta, monta tanto.