Leer, que verbo tan corto y tan intenso. La voz del pueblo dice que los libros de toros no interesan. Otra (una más) mentira. Interesan tanto como los demás cuando prenden al lector, bien por la gracia de autor o por su contenido atrayente.
Tengo ahora en mis manos un libro editado con gusto del que estoy prendado, porque cuando lo leo me lleva a la página siguiente, y de aquí a otra. Sin duda es por la gracia del autor y por su contenido, puro documento de principio a fin.
Nada como un libro para saber más del tema y de su autor. En un ir y venir delicioso, Fernando García Bravo cuenta la historia, abunda en la leyenda y nos enseña. Y lo hace así, como siempre, tan callado, sin darse importancia.
Leer es un verbo corto, pero muy intenso en esta Tauromaquia Añeja.
¡Bravo! Así, con admiraciones. Haciendo honor al apellido el autor nos ofrece su obra. Pasen y lean.
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