Fería de Gijón. Segunda de la feria (10 de agosto)

Ganadería de Alcurrucén
Manolo Sánchez: sustituyendo a Curro Diaz, silencio y silencio
Antonio Ferrera: palmas y vuelta al ruedo
Juan Bautista: silencio y silencio

Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez

El cartel

Media plaza y excelente presentación –entendiendo que hablamos de Gijón- y juego de los toros de la ganadería de los hermanos Lozano. Salvo el primero de la tarde que tuvo poca transmisión y menos en las manos de Manolo Sánchez, los demás sirvieron y pudieron servir más. Fijeza y transmisión. Tanto Ferrera como Juan Bautista en lugar de torear, es decir templar y mandar, se dedicaron a cansara los toros. Embestidas largas, humillando y los toreros sin enterarse. Con acompañar tuvieron bastante. Ya sabemos de la velocidad del toreo y de su particular suerte de banderillas que tiene Antonio Ferrera, pero quizás hoy se superó. Quizás Juan Bautista templó un poco al final de sus dos faenas y se pudo vr algún muletazo reposado. El mal uso de la espada pudo privarle de alguna oreja, que el aficionado asturiano deseaba pedir y otorgar. La espada y el descabello estropeó toda posibilidad de trofeos. Por último Manolo Sánchez, que sustituía al convaleciente Curro Díaz, tan solo se estiró en los pases de recibo con la muleta a su segundo. Después ni toro ni torero se acoplaron, pero nosotros echamos la culpa al torero. Tal cedió en este segundo festejo de la Feria de Begoña