Sexta de feria (15 de mayo)

Don Arturo Saldívar

Toros de Núñez del Cuvillo
Arturo Saldívar: ovación y aplausos
Morante de la Puebla: silencio y silencio
Alejandro Talavante: silencio y aplausos

Fotos y texto: Manuel Durán Blázquez

Saldívar saludando en la corta distancia


















Apareció Arturo Saldívar en el patio de cuadrillas con miedo en la cara, pero con toda la seguridad de quien sabe lo que se trae entre manos. Tenía toda la confianza en sus cualidades. Y por su parte no quedó. Tan solo el fallo con la espada en el último toro le privó de trofeo o de trofeos.  No obstante, pongamos el don por delante, por lo visto en los dos toros de su confirmación.
Llamó la atención la seguridad, la quietud y buen toreo. Los dos inicios de faena fueron espectaculares. En el primero, de rodillas, rematando esa serie con un excelente pase de pecho. En el sexto, la quietud de una espectacular pedresina y algún cambiado más. Después, aguantó trayendo y no llevando al toro cerca, muy cerca. Hubo mucha emoción, en los medios, hasta que el toro, rajado, huyó a tablas y ya fue imposible sacarlo de allí. Lo pinchó por dos veces y saludó con una gran ovación, prácticamente igual a la de de su primero. Así pues, tengamos en cuenta a este diestro mexicano de 21 años, que acaba de confirmar su alternativa.
A Morante de la Puebla no lo vimos en el patio de cuadrillas. Repartió el previo entre la enfermería y la sala de toreros, ese gran invento de la plaza de Madrid en el que los toreros pueden aislarse para no sufrir las acometidas de los fotógrafos y aficionados. Así pues, pudimos hacer un retrato en el momento en que saludaba a sus compañeros ya en la arena venteña, antes de iniciar el paseíllo. En el primero suyo, muy protestado, con razón, fue imposible hacer nada y mucho menos el toreo que practica Morante. En el segundo, el cuarto de la tarde, al menos hubo dos lances y medio, algo alborotados por el viento y las calidades del toro, aunque se cantaron los olés acostumbrados cuando el de la Puebla despliega su capote. La faena de muleta comenzó muy bien, pero un desarme y la "caída" absoluta del toro para no embestir de forma clara, llegaron a lo que llegaron, es decir, a nada. Silencios acompañados de pitos por las protestas a los toros.
Alejandro Talavante nos gustó en la disposición sobre todo. En el primero brindando, porque cierta calidad tenía el toro y el inicio en los medios con estatuarios espectaculares. Después el eco en el tendido se fue apagando, como la faena y el toro. Algo por el estilo sucedió en el segundo , donde hubo que domeñar una complicada embestida por el pitón derecho y cuando hubo que torear por la izquierda, el toro empezó a protestar y rajarse también. Con este bagaje, sus dos ocasiones fueron silenciadas.
El ganado, de Núñez de Cuvillo en general no sirvió para las faenas de muleta, con las excepciones de primero y sexto que tuvieron algo más de recorrido.

El saludo de Morante

Alejandro Talavante


Arturo Saldívar

El primero, de nombre Aguador

Loa lances de Saldívar

La confirmación de Saldívar

Saldívar de rodillas I

Saldívar de rodillas II

Saldivar al natural

Las manoletinas

Recibo de Talavante

Inicio de faena de Talavante

Talavante con la derecha

La magia de Morante

Remate con la media

El quitno de nombre Encendido

Demasiado bizco

Apuros de Fernando José Plaza

Talavante en el quinto

El sexto, Asturiano

Quite de Saldívar

Inicio de faena en el sexto I

Inicio de faena en el sexto II

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