Corrida de la Beneficencia (8 de junio)

Demasiada expectación

Toros de Victoriano del Río
Juan Mora: silencio y silencio
Morante de la Puebla: silencio y silencio
Julián López “El Juli”: silencio y aplausos

Textos y fotos: Manuel Durán Blázquez

Alabardero en la suerte de varas


















Y ya se sabe, cuando se espera todo, apenas pasa nada. Suele suceder en el espectáculo taurino. No creo que sea todo echar la culpa a los toros y también es lógico pensar que los toreros se disculpen en aras de que fueron los toros. Pero todos hemos visto hoy que ni unos ni otros echaron el resto.  Es curiosa la valoración de los toros que con apenas 50 kilos de diferencia entre el que más (el cuarto con 582) y el que menos pesaba (el tercero con 532), la apariencia en la plaza los hiciera parecer mucho más pequeños a unos y grandes a otros. Primero, tercero y cuarto nos gustaron, aunque la embestida del tercero era extraña, como descoordinada. Julián López el Juli, en maestro,  consiguió al final hacerlo embestir de forma continua y no a saltos. Ese problema de la embestida, sin duda, ocasionó el fallo con la espada haciendo guardia. No es este torero de los que se alivien al entrar a matar. En el sexto, toro que parecía que si, pero luego era que no, la faena iniciada en los medios era un propósito de intenciones. Un par de series buenas y después el toro dejó de colaborar. Los pocos aplausos se escucharon en este último toro.
Por delante Juan Mora nos sorprendió en el primero, porque después de embeber y dominar al toro en la muleta y cuando parecía que podía haber algo más, montó la espada y faena terminada con cierto chasco del personal. Y en el cuarto, sin duda un buen y gran toro, al menos a nosotros nos gustó, con espectacular suerte de varas, perfecto en los accesorio, los pases de trinchera y adornos y peor en el toreo fundamental. La consecuencia, silencios absolutos y eso que en el tercio de quites de este cuarto, había replicado a unas chicuelinas de Morante con un quite por delantales.
Y Morante, la expectación de verdad en la plaza se hizo presente en cuanto desplegó el capote para veroniquear a su primero. Espejismo porque fueron cosas sueltas. Toda la tarde fueron cosas sueltas y posiblemente los toros, a contra estilo de su tauromaquia tuvieron la culpa, pero de eso no tienen culpa los toros. El burraco quinto (también bueno en la suerte de varas), quizás hubiera tenido otra lidia, pero Morante es como es... "ya saben que si pue ser, quizás, pero si no pue ser, seguro que no". Y eso sucedió, entre pitos y silencio en su primero y el silencio absoluto en el quinto.
Esto ocurrió en esta corrida de Beneficencia esperada y no cumplida. Pasemos página y esperemos tiempos mejores.

El ganadero Victoriano del Río

Los ejercicios de El Juli

El saludo de Morante

El primero, Exclusivo

En suerte

Ahormando la embestida

Y lo consiguió

El segundo, Supervisor

Morante y su verónica

De pecho al estilo de Cara Ancha

Los comentarios

El Juli obligando

Y ajustando las distancias

Morante

El cuarto Alabardero

En el caballo

Juan Mora

Clásico de Juan Mora

El quinto, Contento

Morante y Contento

El de Cortés, de nombre Fabuchero

El quite de El Juli en el sexto

El Juli en el de pecho

Felipe de Borbón presidiendo

El Juli obligando con la derecha

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