Los fantasmas de La Monumental de Barcelona

Morante, El Juli y Manzanares abanderados de La Libertad

Toros de Núñez del Cuvillo y un sobrero de Juan Pedro Domecq
Morante: silencio, bronca y dos orejas en el sobrero de regalo (Puerta Grande)
El Juli: oreja y dos orejas (Puerta Grande)
Manzanares: dos orejas y dos orejas (Puerta Grande)

Foto: Muriel Feiner
Texto: JMSV

Puerta Grande













Es esta la última noche. La arena revuelta de esa inmensa playa donde los corazones han reventado en latidos tantas y tantas veces, se asienta bajo la lluvia que empapa la maravillosa ciudad condal. Huele a tierra mojada. La madera cruje, el portón de los triunfos se estremece, hinchado por la humedad y acariciado por la brisa marina que llega desde el puerto.
Duermen las palomas que esta tarde huyeron aturdidas por los olés de un público que reclamaba libertad en un grito unánime de esperanza. La tauromaquia cierra sus páginas de historia en un espacio que irá envejeciendo hasta transformarse en un lugar que recordaremos con nostalgia.
Esta noche los fantasmas de los toreros que hicieron el paseíllo con el orgullo de los gladiadores se darán cita para contarse sus triunfos y sus fracasos, sus ilusiones y desvelos. Se unirán a ellos los espíritus de la plaza de Las Arenas, hoy aturdidos por las músicas del centro comercial. Se contarán las mil aventuras de una vida intensa y recordarán los nombres de los toros bravos que galoparon entre las tablas.
Se cerrarán las puertas, sí. Pero los fantasmas os perseguirán para que en vuestros oídos retumbe una y otra vez esa palabra que esta tarde gritaba el respetable y que siempre fue bandera de la Cataluña que quiero y admiro por ser la tierra de mi madre. Esta será siempre la respuesta, y cuando el viento sople para levantar las briznas del albero se dibujará en ocho letras el sentir de quienes no entendemos por qué hacéis esto: ¡Libertad!

El paseíllo


                                            El Juli







Manzanares

Manzanares
Puerta Grande


Comentarios