Quinta de la Feria de Gijón (14 de agosto)

Toros de Juan Pedro Domecq (primero devuelto por el sobrero de la misma ganadería)
Enrique Ponce: dos orejas y oreja
Sebastián Castella: palmas y palmas
Alejandro Talavante: oreja y ovación con fuerte petición

TOROS EN LA NIEBLA

Mala corrida en conjunto de Juan Pedro Domecq, con toros rajados y algunos muy justos de fuerza. Bien presentados y bravos, pero de poca transmisión.  Solo la maestría de Ponce pudo sacar de sus dos toros lo que obtuvo. Al hilo de las notas de “La Misión” y del “Concierto de Aranjuez”, ralentizando y sosteniendo al enemigo. La estética de Ponce, que no la verdad del toreo, encandiló al público de El Bibio, con poncina incluida. Y todo ello con un ambiente londinense, por la bruma-niebla marina que desde San Lorenzo llegaba al barrio de El Bibio.
Sebastián Castella buscaba con la mirada al ganadero, al presidente o al empresario, como diciendo: “pero qué me habéis enviado”. Dos toros muy flojos y sin ganas de embestir, que no le permitieron desarrollar su toreo.
Alejandro Talavante, que no es enfermero, mientras duraron sus dos enemigos toreó con gusto y verdad. Los mejores naturales de la tarde y casi de la Feria fueron los del sexto. Antes, en el primero suyo, con el toro huyendo a tablas, tuvo que terminar la faena allí, con naturalidad hasta en las bernadinas finales. El  pinchazo previo a la estocada en el sexto fue lo que impidió obtener la oreja que le hubiera permitido acompañar a Ponce por la Puerta Grande.


Texto y fotos: Manuel Durán

Cartel domingo 14 de agosto
Reseña de los toros de Juan Pedro Domecq
Enrique Ponce
Sebastián Castella y su cuadrilla
Alejandro Talavante
Sebastián Castella
Enrique Ponce
El primer Juan Pedro
Ponce






El segundo
Castella


El tercer Juan Pedro
Talavante









Ponce
El cuarto de Garcigrande
Ponce




Castella

Talavante



Puerta Grande para Ponce

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