Muchos, demasiados cuernos
Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez
Animación en la puerta grande de Las Ventas antes de la corrida, con pasodobles de una Peña Taurina, muchos cuernos, poca casta, mucho viento, las ganas y el toreo de Diego Urdiales y una cogida más en esta feria. Estas cosas pasaron durante la tarde del domingo en Las Ventas, en la decimoctava de San isidro. Ah, y un espontáneo reclamando TORO, escrito en la muleta, que no se atrevió con el que se estaba devolviendo, sexto de la tarde.
Importante, Pata Negra está grave, pero parece que se recupera. No se rinde como comentaba Juan Miguel Sánchez Vigil al final de su crónica de ayer. Seguro que Hermoso de Mendoza, mitad centauro de otros tantos cuerpos, le tiene reservado resarcirse en otro San Isidro de lo sufrido ayer. Los caballos toreros existen.
Quien nos gustó, como ya sucedió el año pasado con aquel toro de Carmen Segovia, fue Diego Urdiales. Posiblemente fuera tarde cuando comenzó a bajar la mano a su primer toro, pero la plaza respondió como solo responde cuando se da cuenta de que sucede algo importante. No fue mucho, pero si mereció la pena ver como se agiganta lo que se hace en la cara a un toro de esa presencia y ese peligro y además sin clase. Y aquí quizás se acabó todo, porque apenas hubo más que hacer con la corrida de Samuel Flores. Una cosa si ha mejorado con respecto a la última presencia de esta ganadería en Las Ventas: no están inválidos, porque hoy no se cayeron. Cuernos de toros watusi por delante y por detrás lo que salga. Pues no, así no vale y si no que se lo digan a los otros dos toreros, Domingo López Chaves y Javier Valverde, que no hicieron más que intentar orientar embestidas en medio de huidas y búsquedas de algún resquicio para salir de la plaza. Y también a los entendidos del 7 que aplaudieron la presencia del único toro que se devolvió. ¡Qué casualidad! Y para que se vea que tantos cuernos no sirven de nada, uno con mucha menos cabeza, arregladito diría yo, sobrero de Julio de la Puerta y de nombre Triunfador, casi triunfa de mala manera, llevándose por delante a este último torero con una paliza y algunos puntazos.
El susto también se lo llevó un aprendiz tardío de torero, a quien le falló algo, porque después de saltar al ruedo cuando había muchos bueyes en la plaza, incluido el de Samuel que se devolvía en esos momentos, no supo qué hacer con su muleta azabache en la que se leía la palabra TORO. Junto al burladero del 5, enseñó el engaño y se refugió en tablas, para ser cazado por el personal de turno. Y además de todo esto, el viento, un enemigo casi continuo en San Isidro, no estaba a su favor.
Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez
Capotes
Animación en la puerta grande de Las Ventas antes de la corrida, con pasodobles de una Peña Taurina, muchos cuernos, poca casta, mucho viento, las ganas y el toreo de Diego Urdiales y una cogida más en esta feria. Estas cosas pasaron durante la tarde del domingo en Las Ventas, en la decimoctava de San isidro. Ah, y un espontáneo reclamando TORO, escrito en la muleta, que no se atrevió con el que se estaba devolviendo, sexto de la tarde.
Importante, Pata Negra está grave, pero parece que se recupera. No se rinde como comentaba Juan Miguel Sánchez Vigil al final de su crónica de ayer. Seguro que Hermoso de Mendoza, mitad centauro de otros tantos cuerpos, le tiene reservado resarcirse en otro San Isidro de lo sufrido ayer. Los caballos toreros existen.
Quien nos gustó, como ya sucedió el año pasado con aquel toro de Carmen Segovia, fue Diego Urdiales. Posiblemente fuera tarde cuando comenzó a bajar la mano a su primer toro, pero la plaza respondió como solo responde cuando se da cuenta de que sucede algo importante. No fue mucho, pero si mereció la pena ver como se agiganta lo que se hace en la cara a un toro de esa presencia y ese peligro y además sin clase. Y aquí quizás se acabó todo, porque apenas hubo más que hacer con la corrida de Samuel Flores. Una cosa si ha mejorado con respecto a la última presencia de esta ganadería en Las Ventas: no están inválidos, porque hoy no se cayeron. Cuernos de toros watusi por delante y por detrás lo que salga. Pues no, así no vale y si no que se lo digan a los otros dos toreros, Domingo López Chaves y Javier Valverde, que no hicieron más que intentar orientar embestidas en medio de huidas y búsquedas de algún resquicio para salir de la plaza. Y también a los entendidos del 7 que aplaudieron la presencia del único toro que se devolvió. ¡Qué casualidad! Y para que se vea que tantos cuernos no sirven de nada, uno con mucha menos cabeza, arregladito diría yo, sobrero de Julio de la Puerta y de nombre Triunfador, casi triunfa de mala manera, llevándose por delante a este último torero con una paliza y algunos puntazos.
El susto también se lo llevó un aprendiz tardío de torero, a quien le falló algo, porque después de saltar al ruedo cuando había muchos bueyes en la plaza, incluido el de Samuel que se devolvía en esos momentos, no supo qué hacer con su muleta azabache en la que se leía la palabra TORO. Junto al burladero del 5, enseñó el engaño y se refugió en tablas, para ser cazado por el personal de turno. Y además de todo esto, el viento, un enemigo casi continuo en San Isidro, no estaba a su favor.
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