QUINTA DE FERIA

PRIMERA NOVILLADA DE FERIA

José Manuel Más, Miguel Tendero, Javier Cortés
Ganadería: Montealto

Texto: Israel Cuchillo // Fotos: J.M.S.V.


El compañero

Vi a Paloma persignarse cuando metían a Gimeno Mora a la enfermería, la vi echarse las manos a la boca después, a la cabeza, creía verla rezar, encomendarse a lo que fuera cuando metían al torero hacia el pasillo de azulejos blancos, gestos nerviosos de la impresión, de has visto, otro rezo, o eso creo, un vistazo a lo que ha recogido la cámara, más aspavientos de preocupación, una mirada al cielo… Suenan clarines y timbales. “Buenas tardes, con su permiso”, y Tendero se va al toro para doblarse con sabor. Tiene estampa veragüeña este montealto cornicorto y astifino que le ha metido todo el pitón a Gimeno. Y mientras Tendero se pasa, amontonado, sincero y valiente, el genio de la bestia treinta veces por la faja, hago cábalas macabras sobre el estado del banderillero, que me ha parecido verlo cogido por el vientre. El iPhone de David Plaza dice que cornada fuerte en la pierna y rotura de clavícula y dejo de imaginar tonterías. La de milagros que he visto en una plaza de toros. ¿Qué te ha parecido Tendero, David? Bien, bien, no se ha achantado a pesar de la cornada de su peón y tiene la fibra que le falta a Mas.
Sale a morder Maikel, como le dice Paquito, su mozo de espadas, el que tiene el estanco en la calle Feria, también en el quinto. Está loco el Maikel por ser alguien en esto. Se echa encima del castaño en la muleta, un espejismo del brioso animal que salió por chiqueros –gran ocurrencia la del tercer puyazo, presidente-, le roba docena y media de embestidas, media muleta a rastras y hasta el final, como siempre han toreado los toreros buenos de Albacete, largo, despacio, por abajo y sin remilgos estéticos, aunque algún remate de ponerse bonito también hubo. Aprenderá con el tiempo Miguel a no ser tan encimista, y funcionará de matador con su aire acaballerado, pero mejor que Caballero.
Mas hace tiempo que busca con empeño quedarse en eterna promesa, y puede que esta tarde lo haya conseguido definitivamente. Juro que vi un día torear a Mas con la mano izquierda como Dios hubiera toreado si se hubiera hecho carne en un torero. Él era becerrista y la plaza era Vistalegre. El viento y las dificultades de los novillos, con ser excusas buenas, no dan para seguir confiando en volver a ver a aquel Mas de Vistalegre.
Y a Javier Cortés nunca lo he visto, ni cuando decían que había estado bien. Así que hoy, que ha estado mal, no digo cómo lo he visto. Huelen los dos toreros a alternativa en Torrejón de Ardoz, a domingo de Ramos en Madrid y a quince de agosto en Cenicientos. Y lo demás es engañarles.


El presidente charlando con los toreros

Tendero

Apunte de César Palacios


Javier Cortés en puertas


Cada uno por su lado


Cortés con la derecha


Natural de Cortés


Caballo tocado


La rabia de José Manuel Mas


Sin palabras


Tendero por bajo


Tendero por chicuelina


Adorno de Tendero en un quite


Derechazo de José Manuel Mas


Mas con la izquierda


Grito de guerra de Mas


Perfilado


Bombero, jabonero sucio de Montealto


Cogida de Gimeno Mora

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