Seis de Seis y La Faraona
Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez
La felicitación al mayoral
En el quinto me preguntó La Faraona, ¿Le está gustando la corrida?. Y con automatismo contesté: me están gustando los toros. Aún faltaba el sexto por salir y se redondeó la tarde, ganaderamente hablando con los toros de Alcurrucén. Seis de seis. Creo que todos se fueron con las orejas, cuando no debería haber sido así. Tan solo los dos que le correspondieron al benjamín de la terna, Rubén Pinar, se fueron sin una cada uno. Y eso por la gracia del público que es soberano y si le pidieron una oreja en cada faena, el presidente las debe otorgar. Por ello las dos orejas y la Puerta Grande son legales.
Ya, ya lo sé. Qué quien es La Faraona? Pues una aficionada de 81 años, de Villlarejo de Fuentes, provincia de Cuenca, según nos contó y que en Las Ventaas todos la conocen. Viene a divertirse, a animar a los toreros y a marcarse unos pasos de baile con los pasodobles del Maestro Gallego en los intermedios. Y que ella misma pregunta si nos molestan sus olés a los diestros según están actuando.
Pero volvamos a las orejas de hoy. ¿Justas?, como apunta Juan Miguel Sánchez Vigil en la introducción, pues la verdad es que no, porque los toros se merecían mucho más. Pero son legales por la soberanía popular y no por el arbitrio del presidente. También es verdad que Rubén Pinar acaba de llegar del escalafón de novilleros hace poco y tiene reciente su confirmación en Madrid, el día mágico de Morante de la Puebla. Ni quiero pecar de aficionado exigente, ni dejarme llevar por la euforia. Todo en su término justo. Pero me gustaría explicar algo, que perfectamente podría haber sucedido hoy con los otros dos espadas: Antonio Ferrera y Matías Tejela. La faena al primero del diestro extremeño tuvo tanta transmisión como pudo tener la de Pinar en el sexto y por supuesto que en el tercero. Y la de Tejela en el quinto, igual. Entonces, ¿Por qué no se piden orejas a estas faenas? Simplemente porque son ya conocidos del público madrileño? Eso no es justo y sobre todo no es justo para Rubén Pinar que en su próxima comparecencia en Las Ventas será tratado de distinta manera. Es decir igual que han tratado hoy a Ferrera y Tejela. Pero ojo, que no es que el público les haya tratado mal, ellos no han terminado de dar ese paso para hacer cada suerte, cada muletazo, con verdad: colocación, toreo con el pico, viaje hacia fuera... Y Madrid eso lo ve enseguida. Pero ya sabemos, la condescendencia con el que empieza... Es decir, para la siguiente, Rubén Pinar, seguro que tu mismo lo tendrás en cuenta. Y enhorabuena por la Puerta Grande, además más sosegada, al menos para los fotógrafos y hecha realidad para ti y tu historia personal.
Del resto de la corrida, Ferrera en lo suyo, es decir, animar en banderillas a una velocidad especial siempre, que interfiere con el ajuste y clavar asomándose como dice el canon de banderillas. También hemos notado que el ángulo y el salto sobre el toro va desapareciendo al clavar. Lo cual a nuestro entendder mejoraa laa estética clásica de esta suerte. Y con la muleta, la verdad es que estuvo entregado y con decisión en el primero y en el segundo, que parecía más brusco y menos toreable, para mi equivocó terrenos, toreando en el lugar de la plaza donde más viento -un día más- hacía. Así el toro se rebrincaba y tiraba derrotes, ¡cómo no!, con la franela al pairo en cada muletazo.
Y de Matías Tejela, tengo que decir que demasiados pases en sus dos toros, pero todos sin conexión con el tendido. Desangelados, no sé si por la colocación o por aliviar el recorrido hacia fuera. Insisto, eso el público de Madrid lo tiene siempre muy presente. Y final de serie, con esta quinta de la llamada Feria de Aniversario, después de 25 tardes más de Feria de San Isidro. Ahora, de forma más pausada iremos contándoles otras tardes. Esas de cemento y granito no solo en Las Ventas, sino en otros escenarios de nuestra piel de toro..
Heredero
Castañuelo
Afanes
Fin de Feria con el triunfo de Pinar
Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez
La felicitación al mayoral
En el quinto me preguntó La Faraona, ¿Le está gustando la corrida?. Y con automatismo contesté: me están gustando los toros. Aún faltaba el sexto por salir y se redondeó la tarde, ganaderamente hablando con los toros de Alcurrucén. Seis de seis. Creo que todos se fueron con las orejas, cuando no debería haber sido así. Tan solo los dos que le correspondieron al benjamín de la terna, Rubén Pinar, se fueron sin una cada uno. Y eso por la gracia del público que es soberano y si le pidieron una oreja en cada faena, el presidente las debe otorgar. Por ello las dos orejas y la Puerta Grande son legales.
Ya, ya lo sé. Qué quien es La Faraona? Pues una aficionada de 81 años, de Villlarejo de Fuentes, provincia de Cuenca, según nos contó y que en Las Ventaas todos la conocen. Viene a divertirse, a animar a los toreros y a marcarse unos pasos de baile con los pasodobles del Maestro Gallego en los intermedios. Y que ella misma pregunta si nos molestan sus olés a los diestros según están actuando.
Pero volvamos a las orejas de hoy. ¿Justas?, como apunta Juan Miguel Sánchez Vigil en la introducción, pues la verdad es que no, porque los toros se merecían mucho más. Pero son legales por la soberanía popular y no por el arbitrio del presidente. También es verdad que Rubén Pinar acaba de llegar del escalafón de novilleros hace poco y tiene reciente su confirmación en Madrid, el día mágico de Morante de la Puebla. Ni quiero pecar de aficionado exigente, ni dejarme llevar por la euforia. Todo en su término justo. Pero me gustaría explicar algo, que perfectamente podría haber sucedido hoy con los otros dos espadas: Antonio Ferrera y Matías Tejela. La faena al primero del diestro extremeño tuvo tanta transmisión como pudo tener la de Pinar en el sexto y por supuesto que en el tercero. Y la de Tejela en el quinto, igual. Entonces, ¿Por qué no se piden orejas a estas faenas? Simplemente porque son ya conocidos del público madrileño? Eso no es justo y sobre todo no es justo para Rubén Pinar que en su próxima comparecencia en Las Ventas será tratado de distinta manera. Es decir igual que han tratado hoy a Ferrera y Tejela. Pero ojo, que no es que el público les haya tratado mal, ellos no han terminado de dar ese paso para hacer cada suerte, cada muletazo, con verdad: colocación, toreo con el pico, viaje hacia fuera... Y Madrid eso lo ve enseguida. Pero ya sabemos, la condescendencia con el que empieza... Es decir, para la siguiente, Rubén Pinar, seguro que tu mismo lo tendrás en cuenta. Y enhorabuena por la Puerta Grande, además más sosegada, al menos para los fotógrafos y hecha realidad para ti y tu historia personal.
Del resto de la corrida, Ferrera en lo suyo, es decir, animar en banderillas a una velocidad especial siempre, que interfiere con el ajuste y clavar asomándose como dice el canon de banderillas. También hemos notado que el ángulo y el salto sobre el toro va desapareciendo al clavar. Lo cual a nuestro entendder mejoraa laa estética clásica de esta suerte. Y con la muleta, la verdad es que estuvo entregado y con decisión en el primero y en el segundo, que parecía más brusco y menos toreable, para mi equivocó terrenos, toreando en el lugar de la plaza donde más viento -un día más- hacía. Así el toro se rebrincaba y tiraba derrotes, ¡cómo no!, con la franela al pairo en cada muletazo.
Y de Matías Tejela, tengo que decir que demasiados pases en sus dos toros, pero todos sin conexión con el tendido. Desangelados, no sé si por la colocación o por aliviar el recorrido hacia fuera. Insisto, eso el público de Madrid lo tiene siempre muy presente. Y final de serie, con esta quinta de la llamada Feria de Aniversario, después de 25 tardes más de Feria de San Isidro. Ahora, de forma más pausada iremos contándoles otras tardes. Esas de cemento y granito no solo en Las Ventas, sino en otros escenarios de nuestra piel de toro..
Heredero
Castañuelo
Afanes
Fin de Feria con el triunfo de Pinar
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