La montera cayó bien
Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez
Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez
Corrida del encaste atanasio de la ganadería de Charro de Llen, para Fernando Robleño, Morenito de Aranda e Iván Fandiño. Toda la corrida adoleció de falta de fuerza y como consecuencia apenas sin emoción. Hicieran lo que hicieran los toreros, que además se la tenían que jugar con toros de embestidas dudosas y gazaponas. Hemos visto muy buenos volapiés de los tres espadas, precedidos de algunas series, sobre todo con la mano derecha, también excelentes. El problema de la falta de fuerza y la protesta constante de los toros desde el tendido significa en Madrid que los toreros lo tienen crudo para conseguir triunfar. De hecho ya en el quinto se consiguió devolver un toro al corral y parece que las protestas se acabaron para el sobrero de Navalrosal y el sexto.
Y en esto la montera cayó del lado bueno en el caso de Iván Fandiño. Es cierto que consiguió alguna tanda de emoción, tirando del colorado último, pero creo que más o menos lo mismo habían logrado antes Robleño y Morenito en alguno de sus toros. Mala suerte para ellos porque al no ser alcanzados ni cogidos y en cambio protestarse sus toros, expusieron pero con menos resultado. No digo que no mereciera Fandiño esa vuelta, pero seguro que influyó la cogida tan fea, afortunadamente sin consecuencias, salvo en el traje que terminó hecho jirones. Y lo que si creo que influyó es que la montera cayó bien. Brindó con decisión al público un toro colorado de capa, no muy habitual en el encaste Atanasio y la montera cayó bien. También es cierto que su disposición (hizo un bonito quite por tafalleras en el segundo), el susto del revolcón y la buena estocada fueron correspondidas con la vuelta al ruedo después de una fuerte petición.Y en cambio, también brindó al público Morenito de Aranda y no consiguió nada... y no digamos Robleño, que cuando vieron que iba camino de los medios a brindar el primero, hasta se le protestaba, cuando en realidad iba a brindar al cielo... ¡¡Ya solo falta que en Madrid se proteste la voluntad de brindar!! Menos de un cuarto de plaza en Madrid significa mucho granito al aire y pesa tanto que a veces por mucho o por poco, casi da lo mismo venir a torear a Las Ventas. Con esa sensación me quedé al finalizar la corrida, ya que el premio de la vuelta al ruedo vino no por torear y por matar muy bien, que así lo hicieron los tres toreros, sino porque uno de ellos fue cogido y la emoción subió de tono.
Y en esto la montera cayó del lado bueno en el caso de Iván Fandiño. Es cierto que consiguió alguna tanda de emoción, tirando del colorado último, pero creo que más o menos lo mismo habían logrado antes Robleño y Morenito en alguno de sus toros. Mala suerte para ellos porque al no ser alcanzados ni cogidos y en cambio protestarse sus toros, expusieron pero con menos resultado. No digo que no mereciera Fandiño esa vuelta, pero seguro que influyó la cogida tan fea, afortunadamente sin consecuencias, salvo en el traje que terminó hecho jirones. Y lo que si creo que influyó es que la montera cayó bien. Brindó con decisión al público un toro colorado de capa, no muy habitual en el encaste Atanasio y la montera cayó bien. También es cierto que su disposición (hizo un bonito quite por tafalleras en el segundo), el susto del revolcón y la buena estocada fueron correspondidas con la vuelta al ruedo después de una fuerte petición.Y en cambio, también brindó al público Morenito de Aranda y no consiguió nada... y no digamos Robleño, que cuando vieron que iba camino de los medios a brindar el primero, hasta se le protestaba, cuando en realidad iba a brindar al cielo... ¡¡Ya solo falta que en Madrid se proteste la voluntad de brindar!! Menos de un cuarto de plaza en Madrid significa mucho granito al aire y pesa tanto que a veces por mucho o por poco, casi da lo mismo venir a torear a Las Ventas. Con esa sensación me quedé al finalizar la corrida, ya que el premio de la vuelta al ruedo vino no por torear y por matar muy bien, que así lo hicieron los tres toreros, sino porque uno de ellos fue cogido y la emoción subió de tono.
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