Los sanfermines. Punto y final

De verde y blanco: un corredor de corazón y cabeza
JMSV


Para ti, David

¿Qué tiene David Rodríguez para que todo el mundo lo admire? A la pregunta responden los amigos (imposible los enemigos en este caso): ¡corazón y cabeza! Para correr en los encierros hay que tener valor, para correr en los sanfermines hay que tener esas dos cosas: ¡corazón y cabeza!
En la primera versión estas dos cualidades hacen referencia a lo físico, a la preparación, al saber estar o moverse, a la concentración; pero en la segunda versión, en la que va más allá de la diversión y el espectáculo, la referencia es al espíritu, al alma, a la ética.
De verde y blanco, un atuendo que le ha hecho visible y popular, así viste David Rodríguez desde hace muchos años. En Pamplona, cuando la manada toma la calle Estafeta, los ojos de los mirones buscan en los píxeles televisivos el color verde, la referencia de ese tipo ágil y habilidoso que se mete entre los pitones con una facilidad asombrosa.
David Rodríguez corre su encierro, pero también el de los demás. Disfruta como el primero y se muestra dispuesto a colaborar con el compañero, siempre atento, sierre al quite, siempre pendiente de que todo esté en orden. Quienes lo conocemos, quienes tenemos la suerte de compartir con él el escaso tiempo que nos regala la vida, sentimos admiración y estamos orgullosos de ser sus amigos.
Este corredor de verde y blanco (de verde y oro para nosotros), nos ha regalado cada mañana su especial mirada de los sanfermines, su realidad vivida en cuerpo y alma, y desde hace muchos años nos regala también sus palabras cariñosas, su saber, su conocimiento y sobre todo su sonrisa.
Su cabeza es privilegiada, pero me quedo con el corazón que esconde bajo el color verde esperanza de la camiseta que le ha hecho popular en todo el mundo.

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