Javier Herrero, Ignacio González, José María Arenas
Novillos de Javier Molina
Debutaban los tres y Javier Herrero rompió la monotonía
Texto y fotos: JMSV
Herrero en capilla
José Manuel Arenas
Los picadores de hoy
Ignacio González hablando con la providencia
Ignacio González a la verónica
Arenas al violín
Herrero al natural con el cuarto
Herrero iniciando la faena de muleta en el cuarto
Media de Herrero
Vuelta de Herrero
Novillos de Javier Molina
Debutaban los tres y Javier Herrero rompió la monotonía
Texto y fotos: JMSV
Herrero en capilla
Hasta el tercero todo eran bostezos, aunque la numerosa cla que cada novillero traía esta noche aplaudía todo, hasta lo peor. Sin embargo en el cuarto comenzó la novillada, no por los toreros sino por los astados, tan flojos que incluso el primero era incapaz de moverse. Javier Herrero saludó por su cuenta en el primero tras una buena estocada; Ignacio González fue el que más templó en los dos novillos, si bien en el segundo no le fue posible lucirse porque el animal se rajó.
Vamos con Herrero, quien rompió la monotonía en el cuarto, de nombre Cetrino, con una faena torera al mejor de la tarde-noche. Lo entendió, lo templó y lo cuajó. Se alegró mucho Andrés Vázquez, a quien le había brindado la muerte. Falló a espadas, y por ello perdió la oreja. En la vuelta al ruedo disfrutó.
El quinto tenía tanta fuerza que levantó por tres veces al caballo hasta que derribó al picador. Por el derecho, Ignacio González le sacó pases, pero por el izquierdo ni uno. José Manuel Arenas se esforzó en agradar, sobre todo en banderillas, con pares al violín que el respetable menos entendido aplaudió.
Poco más, salvo que acabamos tarde porque se empeñaron en alargar las faenas, defecto comprensible en los debutantes.
Vamos con Herrero, quien rompió la monotonía en el cuarto, de nombre Cetrino, con una faena torera al mejor de la tarde-noche. Lo entendió, lo templó y lo cuajó. Se alegró mucho Andrés Vázquez, a quien le había brindado la muerte. Falló a espadas, y por ello perdió la oreja. En la vuelta al ruedo disfrutó.
El quinto tenía tanta fuerza que levantó por tres veces al caballo hasta que derribó al picador. Por el derecho, Ignacio González le sacó pases, pero por el izquierdo ni uno. José Manuel Arenas se esforzó en agradar, sobre todo en banderillas, con pares al violín que el respetable menos entendido aplaudió.
Poco más, salvo que acabamos tarde porque se empeñaron en alargar las faenas, defecto comprensible en los debutantes.
José Manuel Arenas
Los picadores de hoy
Ignacio González hablando con la providencia
Ignacio González a la verónica
Arenas al violín
Herrero al natural con el cuarto
Herrero iniciando la faena de muleta en el cuarto
Media de Herrero
Vuelta de Herrero
iros todos a tomar por culo, y os advierto si haceis esto a mi gato OS JURO QUE OS MATO
ResponderEliminarMIERDA
ResponderEliminarMAÑANA VOY A LA NOCTURNA DE LAS VENTAS A PONEROS GUAPOS, SADICOS.
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