Finito de Córdoba, Morante de la Puebla, José María Manzanares
Toros de El Torreón
Morante lo bordó (el señor de la Puebla es de otro mundo), pero resultó cogido en su primero y nos dejó con la miel entre los labios. La filarmónica de Sanse (léase banda de música) despertó a Manzanares en el quinto.
Toros de El Torreón
Morante lo bordó (el señor de la Puebla es de otro mundo), pero resultó cogido en su primero y nos dejó con la miel entre los labios. La filarmónica de Sanse (léase banda de música) despertó a Manzanares en el quinto.
Texto y foto: J.M.S.V.
Verónica de Morante
Muriel Feiner me dio el titular de hoy. Cuando comenzó a sonar la música en el quinto, Manzanares despertó de su letargo, porque hasta entonces nadie le hacía caso (en este toro, porque en el tercero le cantaron olés en las verónicas). Y al son de la melodía suave fue templando y cuando el trombón estalló, coincidió con el de pecho y recibió la ovación cerrada.
Fue tarde de capotes para la terna; magníficas las verónicas y medias de Morante, bellas las de Manzanares y elegantes las de Finito. Con la muleta fue otro cantar, excepto Morante que lo bordó hasta que resultó cogido, aunque tuvo el pundonor de matar al toro antes de entrar en la enfermería. Fue premiado con la oreja de su primero (segundo de la tarde) que paseó la cuadrilla. También fue la tarde de los banderilleros, en la que destacaron Curro Javier y Blázquez, que se desmonteraron por aclamación popular.
Finito tuvo tres oportunidades por la cogida de Morante. En el primero fue abroncado, en el segundo bien con el capote y en al que cerró laza no quiso ni verlo. Manzanares no tuvo la tarde con la espada, pero tampoco hizo nada más allá de lo correcto, excepto la mención anterior con el capote.
Pero Morante no… señores Morante es otra cosa. ¡Que gusto! ¡Que torería! Digamos que cuando vemos a los demás nos parece estar viendo a este o al otro, pero el señor de la Puebla ni imita ni pueden imitarle. Un toro… casi medio, porque la cogida nos privó de ver la faena completa con la muleta, pero ha merecido la pena estar hoy en La Tercera solo por esas verónicas en honor de la patrona de Sanse…. Ah, y por la filarmónica de la plaza, que sonó de dulce.
Fue tarde de capotes para la terna; magníficas las verónicas y medias de Morante, bellas las de Manzanares y elegantes las de Finito. Con la muleta fue otro cantar, excepto Morante que lo bordó hasta que resultó cogido, aunque tuvo el pundonor de matar al toro antes de entrar en la enfermería. Fue premiado con la oreja de su primero (segundo de la tarde) que paseó la cuadrilla. También fue la tarde de los banderilleros, en la que destacaron Curro Javier y Blázquez, que se desmonteraron por aclamación popular.
Finito tuvo tres oportunidades por la cogida de Morante. En el primero fue abroncado, en el segundo bien con el capote y en al que cerró laza no quiso ni verlo. Manzanares no tuvo la tarde con la espada, pero tampoco hizo nada más allá de lo correcto, excepto la mención anterior con el capote.
Pero Morante no… señores Morante es otra cosa. ¡Que gusto! ¡Que torería! Digamos que cuando vemos a los demás nos parece estar viendo a este o al otro, pero el señor de la Puebla ni imita ni pueden imitarle. Un toro… casi medio, porque la cogida nos privó de ver la faena completa con la muleta, pero ha merecido la pena estar hoy en La Tercera solo por esas verónicas en honor de la patrona de Sanse…. Ah, y por la filarmónica de la plaza, que sonó de dulce.
Chechu: ¡que te ahogas...!
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