Carnicerito de Úbeda, Friancisco Javier Corpas, Serranito
Toros de Juan Luis Fraile y Ana María Cascón Martín (4 y 5º)
Emoción de Corpas al cortar una oreja a un toro de bandera
Texto y fotos: J.M.S.V.
Tres monteras
Corpas ejercitándose
Corpas y Buscón
Molinete de Corpas
Natural de Corpas
Toros de Juan Luis Fraile y Ana María Cascón Martín (4 y 5º)
Emoción de Corpas al cortar una oreja a un toro de bandera
Texto y fotos: J.M.S.V.
Vuelta al ruedo para Buscón
El quinto fue el bueno, ya saben ustedes que no hay quinto malo. Se llamaba Buscón y era de la ganadería de Ana María Cascón Martín. Y buscaba, ya lo creo que buscaba una y otra vez la muleta, metiendo la cabeza en embestida dulce que Francisco Javier Corpas supo entender. Por eso hubo premio (oreja) para el matador y para el toro (vuelta al ruedo).
La tarde, metida en calores, no había dejado mucho para el recuerdo hasta entonces; más bien nada. Confirmó Carnicerito de Úbeda en el primero con un toro de Fraile que fue algo brusco y que no transmitió. Puso voluntad y lo despachó de bajonazo. En le cuarto, inició sometiendo pero la faena fue de enganchones y dejó en la retina algún ayudado. Volvió caer baja la espada. A Serranito le apretó el tercero por ambos pitones, sobre todo por el izquierdo y aunque arriesgó no pudo hacer más de lo que hizo; en el sexto se lució por naturales y fue muy aplaudido.
A Corpas no le vimos en el segundo porque estuvo desconfiado y se lo quitó de encima; pero en el quinto, toro de puerta grande, hizo que el público cantara los olés, con una faena plagada de pases de gusto con ambas manos. Cuando el toro fue arrastrado lentamente para que el público le homenajeara, el matador le aplaudió reconociendo así la clase del astado.
Tarde de agosto que empezó de plomo y terminó de azul de estrellas, las mismas que se vieron sobre el coso venteño cuando a eso de las nueve menos algo un torero lloraba de alegría… ¡Enhorabuena al torero y a la ganadería que ha hecho posible su triunfo!
Madrid desde las Ventas
El quinto fue el bueno, ya saben ustedes que no hay quinto malo. Se llamaba Buscón y era de la ganadería de Ana María Cascón Martín. Y buscaba, ya lo creo que buscaba una y otra vez la muleta, metiendo la cabeza en embestida dulce que Francisco Javier Corpas supo entender. Por eso hubo premio (oreja) para el matador y para el toro (vuelta al ruedo).
La tarde, metida en calores, no había dejado mucho para el recuerdo hasta entonces; más bien nada. Confirmó Carnicerito de Úbeda en el primero con un toro de Fraile que fue algo brusco y que no transmitió. Puso voluntad y lo despachó de bajonazo. En le cuarto, inició sometiendo pero la faena fue de enganchones y dejó en la retina algún ayudado. Volvió caer baja la espada. A Serranito le apretó el tercero por ambos pitones, sobre todo por el izquierdo y aunque arriesgó no pudo hacer más de lo que hizo; en el sexto se lució por naturales y fue muy aplaudido.
A Corpas no le vimos en el segundo porque estuvo desconfiado y se lo quitó de encima; pero en el quinto, toro de puerta grande, hizo que el público cantara los olés, con una faena plagada de pases de gusto con ambas manos. Cuando el toro fue arrastrado lentamente para que el público le homenajeara, el matador le aplaudió reconociendo así la clase del astado.
Tarde de agosto que empezó de plomo y terminó de azul de estrellas, las mismas que se vieron sobre el coso venteño cuando a eso de las nueve menos algo un torero lloraba de alegría… ¡Enhorabuena al torero y a la ganadería que ha hecho posible su triunfo!
Madrid desde las Ventas
El monosabio
Tres monteras
Corpas ejercitándose
Corpas y Buscón
Molinete de Corpas
Natural de Corpas
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