José Luis Moreno, Diego Urdiales, Sergio Aguilar
4 de Victorino Martín, un sobrero de julio de la Puerta y el sexto de Carriquiri
Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez
No fue una tarde para recordar, sino todo lo contrario. Menos mal que hacía buen tiempo y la temperatura fue agradable, climatológicamente hablando. Ahora mismo cuando apenas hace media hora que ha terminado el festejo, no recordamos nada importante, salvo la emoción en el segundo de la tarde por el riesgo que tomó Diego Urdiales al pasar cerca, muy cerca de su cintura, a un victorino que tenía cierta clase, pero nada más. Se pidió la oreja de forma insuficiente, pero la vuelta al ruedo fue un buen premio. También en el quinto volvió la emoción y en este caso frente a un victorino de los que llaman alimañas.
José Luis Moreno solo pudo mantener en pie a su primero y dejar detalles de su pinturería. En su segundo el cuarto, después de probar y alargar la faena consiguió algunos naturales sin ligar, pero con buen trazo. En ambos fue ovacionado.
Y el tercer espada, anunciado con los victorinos, se quedó sin matar ninguno. El tercero fue devuelto por lo mismo que fue protestad el primero y el sobrero de Julio de la Puerta se dejó al final de la faena y se vieron algunos naturales con estilo. El de Carriquiri que cerraba la corrida y que remendaba el encierro de Victorino, hondo, con cuajo y casi 600 kg. no terminó de funcionar y Sergio Aguilar también tuvo que terminar abreviando.
Demasiada expectación con los victorinos, la plaza llena y salvo lo de Urdiales, no será una tarde para la historia.
Pirri y Tito, de verde y plata
Un minuto de silencio por Serrano Carvajal
El primer victorino, movido como en la foto
4 de Victorino Martín, un sobrero de julio de la Puerta y el sexto de Carriquiri
Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez
La emoción la puso Diego Urdiales
Merecida vuelta al ruedo de Diego Urdiales
No fue una tarde para recordar, sino todo lo contrario. Menos mal que hacía buen tiempo y la temperatura fue agradable, climatológicamente hablando. Ahora mismo cuando apenas hace media hora que ha terminado el festejo, no recordamos nada importante, salvo la emoción en el segundo de la tarde por el riesgo que tomó Diego Urdiales al pasar cerca, muy cerca de su cintura, a un victorino que tenía cierta clase, pero nada más. Se pidió la oreja de forma insuficiente, pero la vuelta al ruedo fue un buen premio. También en el quinto volvió la emoción y en este caso frente a un victorino de los que llaman alimañas.
José Luis Moreno solo pudo mantener en pie a su primero y dejar detalles de su pinturería. En su segundo el cuarto, después de probar y alargar la faena consiguió algunos naturales sin ligar, pero con buen trazo. En ambos fue ovacionado.
Y el tercer espada, anunciado con los victorinos, se quedó sin matar ninguno. El tercero fue devuelto por lo mismo que fue protestad el primero y el sobrero de Julio de la Puerta se dejó al final de la faena y se vieron algunos naturales con estilo. El de Carriquiri que cerraba la corrida y que remendaba el encierro de Victorino, hondo, con cuajo y casi 600 kg. no terminó de funcionar y Sergio Aguilar también tuvo que terminar abreviando.
Demasiada expectación con los victorinos, la plaza llena y salvo lo de Urdiales, no será una tarde para la historia.
Los retratos en el patio
Pirri y Tito, de verde y plata
Un minuto de silencio por Serrano Carvajal
El primer victorino, movido como en la foto
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