Andrés Amorós recupera y termina la novela inédita de Sánchez Mejías
Texto y dibujo: J.M.S.V.
Fotos: Paloma Aguilar
Pongamos las cosas en su sitio sin ánimo de exagerar. ¿Se imaginan ustedes que la novela inédita del gran torero la hubiera encontrado un hispanista? Ahora mismo se estaría gestando un Informe Semanal extraordinario o habría cónclave en el Vaticano. Dejémoslo estar y hagamos justicia. El profesor Andrés Amorós ha legado a la cultura española una gran obra en la que funde su vida con la del escritor y torero.
“La lucha por la vida”. Con estas palabras ha resumido la historia de Sánchez Mejías el catedrático de literatura Andrés Amorós. El gran torero cuya muerte fue cantada por Lorca con un llanto universal, dejó inédita una novela que el profesor Amorós ha analizado de principio a fin hasta conseguir darle forma, crear un final acorde con su desarrollo e inventar un título maravilloso: La amargura del tiempo.
En la mesa de presentación han acompañado al autor el periodista Pedro Piqueras, el torero Enrique Ponce y el actor Pepe Martín, que recitó un fragmento del Llanto por la muerte…
Enrique Ponce habló tan bien como torea: “El triunfo puede desembocar en amargura porque te pone en el punto de mira. Uno triunfa en la vida o en la profesión, o en las dos cosas. Se puede triunfar en la vida y vivir la amargura de la profesión, o viceversa”.
Amorós ha comparado a Sánchez Mejías con Einstein, Lawrence de Arabia o Chaplin, porque lo considera un genio. “No se cerraron sus ojos cuando vio la muerte cerca”. Así lo escribió Lorca, y así fue. Para el profesor, el torero “Afrontó la muerte con dignidad, con grandeza”.
La novela original fue escrita a lápiz, fragmentada en los viajes de tardes de toros. Y de esos retazos de vida, el torero don Andrés Amorós ha hecho una de las mejores faenas de su vida.
Una novela taurina autobiográfica en las ideas, con la referencia permanente a Joselito. Nos dice Amorós que no pretende quedarse en lo costumbrista, sino adentrar en lo profundo, mostrando el esfuerzo por llegar a lo más alto desde la nada. Es un drama interno, no fracasado, pero sumido en la amargura del tiempo, en la AMARGURA DEL TRIUNFO.
Desde largacambiada sólo gracias… por si los demás se lo callan.
Texto y dibujo: J.M.S.V.
Fotos: Paloma Aguilar
Presentación
Pongamos las cosas en su sitio sin ánimo de exagerar. ¿Se imaginan ustedes que la novela inédita del gran torero la hubiera encontrado un hispanista? Ahora mismo se estaría gestando un Informe Semanal extraordinario o habría cónclave en el Vaticano. Dejémoslo estar y hagamos justicia. El profesor Andrés Amorós ha legado a la cultura española una gran obra en la que funde su vida con la del escritor y torero.
“La lucha por la vida”. Con estas palabras ha resumido la historia de Sánchez Mejías el catedrático de literatura Andrés Amorós. El gran torero cuya muerte fue cantada por Lorca con un llanto universal, dejó inédita una novela que el profesor Amorós ha analizado de principio a fin hasta conseguir darle forma, crear un final acorde con su desarrollo e inventar un título maravilloso: La amargura del tiempo.
En la mesa de presentación han acompañado al autor el periodista Pedro Piqueras, el torero Enrique Ponce y el actor Pepe Martín, que recitó un fragmento del Llanto por la muerte…
Enrique Ponce habló tan bien como torea: “El triunfo puede desembocar en amargura porque te pone en el punto de mira. Uno triunfa en la vida o en la profesión, o en las dos cosas. Se puede triunfar en la vida y vivir la amargura de la profesión, o viceversa”.
Amorós ha comparado a Sánchez Mejías con Einstein, Lawrence de Arabia o Chaplin, porque lo considera un genio. “No se cerraron sus ojos cuando vio la muerte cerca”. Así lo escribió Lorca, y así fue. Para el profesor, el torero “Afrontó la muerte con dignidad, con grandeza”.
La novela original fue escrita a lápiz, fragmentada en los viajes de tardes de toros. Y de esos retazos de vida, el torero don Andrés Amorós ha hecho una de las mejores faenas de su vida.
Una novela taurina autobiográfica en las ideas, con la referencia permanente a Joselito. Nos dice Amorós que no pretende quedarse en lo costumbrista, sino adentrar en lo profundo, mostrando el esfuerzo por llegar a lo más alto desde la nada. Es un drama interno, no fracasado, pero sumido en la amargura del tiempo, en la AMARGURA DEL TRIUNFO.
Desde largacambiada sólo gracias… por si los demás se lo callan.
Comentarios
Publicar un comentario