Fotos: Julián López Guijarro
Blanco de nieve el paisaje de Robledo de los Osillos donde Julián López Guijarro se ha recreado en la suerte. En El Ventorrillo, el invierno de espuma recorta las siluetas de los toros negros o castaños. La paz de los toros libres es la que desean los hombres, la naturaleza viva es la que sueñan. Cada fotografía es un canto, una razón que espanta las justificaciones sobre el sentido de la tauromaquia.
Blanco de nieve el paisaje efímero se mimetiza en verdes de horizonte, igual que la mirada de Julián López Guijarro, fundida en un par de docenas de encuadres con ese silencio que siempre acompaña a la fotografía.
Blanco de nieve el paisaje efímero se mimetiza en verdes de horizonte, igual que la mirada de Julián López Guijarro, fundida en un par de docenas de encuadres con ese silencio que siempre acompaña a la fotografía.
JMSV
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