Marzo de 2010
Texto: JMSV
Fotos: Julián López
Texto: JMSV
Fotos: Julián López
Al hombre y al torero
Detrás de ese gesto duro de El Fundi hay un serón de nobleza, porque este torero derrocha generosidad a espuertas. Julián López le retrata siguiendo las normas del clasicismo, con la pinturería propia del diestro y los escenarios adecuados en toda tienta. Desde la punta de la gorrilla a cuadros hasta el tacón de la bota campera, los movimientos del señor Prados son como las películas de cine mudo. No hay sonido en estas imágenes, pero se escucha el crujir de la franela, no hay música pero se siente la cuerda del violín…
El Fundi es hombre cabal, castigado por los avatares de la vida y acostumbrado a levantarse del suelo cada vez que el potro se desboca y le lanza contra el pedernal. Se hizo a sí mismo, y en la lucha por alcanzar la meta ha pagado un precio elevado. Por eso, por su pasión, por su entrega en la vida profesional y privada, y porque cuando torea lo hace con el cuerpo y con el alma, su nombre ya está en la lista que realmente importa: la de los hombres buenos.
Detrás de ese gesto duro de El Fundi hay un serón de nobleza, porque este torero derrocha generosidad a espuertas. Julián López le retrata siguiendo las normas del clasicismo, con la pinturería propia del diestro y los escenarios adecuados en toda tienta. Desde la punta de la gorrilla a cuadros hasta el tacón de la bota campera, los movimientos del señor Prados son como las películas de cine mudo. No hay sonido en estas imágenes, pero se escucha el crujir de la franela, no hay música pero se siente la cuerda del violín…
El Fundi es hombre cabal, castigado por los avatares de la vida y acostumbrado a levantarse del suelo cada vez que el potro se desboca y le lanza contra el pedernal. Se hizo a sí mismo, y en la lucha por alcanzar la meta ha pagado un precio elevado. Por eso, por su pasión, por su entrega en la vida profesional y privada, y porque cuando torea lo hace con el cuerpo y con el alma, su nombre ya está en la lista que realmente importa: la de los hombres buenos.
Entrada tan cabal y emotiva como la trayectoria del maestro Fundi, que torea y vive con el alma sabia y el corazón limpio. Una vida ejemplar, que se decía antes, siempre a más, a pesar de las adversidades, siempre hacia adelante, superándose y siendo mejor torero cada temporada que pasa. Y ésta del 2010 será la mejor, la del toreo más hondo y macizo, más auténtico, del maestro Fundi.
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