Cuarta de Aniversario (4 de junio)

Dice mi amigo Antonio

3 toros de La Palmosilla, 2 de Torrealta (1º y 2º), y 1 de Moisés Fraile (6º)
Rafaelillo: silencio y silencio
El Fandi: saludo y saludo con aviso
Matías Tejela: silencio y silencio

Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez


Otra visión del paseíllo (P. Mtnez)

Dice mi amigo Antonio que por qué no le dieron una oreja a El Fandi en el segundo toro. Mi amigo Antonio es de Granada, vive en Madrid, y este año ha ido dos veces a los toros, lo cual es una aglomeración de acontecimientos taurinos en su vida. No es antitaurino. Simplemente no tiene facilidades para ir, pero le gusta su paisano David Fandila, apodado "El Fandi". Mi contestación ha sido que en Madrid se mira mucho al torero, según que torero se le dice donde debe de ponerse para torear. Mi reflexión -le continúo explicando-, es que a algunos, en la plaza de Madrid, casi no les dejan ni colocarse bien, porque aunque se coloquen, les dicen que están fuera, les silban, les pitan, les gritan ¡¡que no!!. Y claro hay toreros que dicen que ahí no se ponen, pero no por cabezonería, o porque no sepan ponerse, de hecho se ponen para que vean que se ponen algunas veces, sino porque no hace falta ponerse ahí para hacer el toreo como lo entiende cada quisque, que por eso es personal y que cada cual hace el toreo desde su personalidad y no como quiere la plaza de Madrid. Porque -digo yo- este año se han dado orejas, alguna de las contadas tres o cuatro orejas por torear por allá y por matar de bajonazos infames. Por eso digo lo de que hay toreros a los que no se les pide el sitio. También sucede que si el torero no es del gusto de algunos de los que chillan y se hacen oír en la plaza y por asomo intuyen que pudiera cortar un trofeo o acercarse al triunfo, los chillidos, los gritos, los ¡¡que no!! arrecian aún más, no sea que se vaya a escapar una oreja.
En este caso, creo que a El Fandi no le dieron una oreja, no por mala colocación durante la faena, sino porque se le pitó cuando normalmente se le suele aplaudir y donde él endereza las faenas: en el tercio de banderillas. Su primer toro, el segundo de la tarde, al que paró con unas verónicas templadas, lo mismo que al quinto. Por cierto, los dos toros suyos se acompasaron al tremolar el capote y los toreó y templó de capote, y eso es muy difícil de salida. Ahí empezó a gustarme este torero de Granada esta tarde. Porque yo no soy de Granada y no es un torero que me guste especialmente. Bueno, a lo que iba de la posible denegación de la oreja, por parte del público que no la pidió lo suficiente y del presidente que así lo consideró.
Decía que en banderillas, El Fandi no reunió. Reunir significa no tanto reunir los dos arpones en el morrillo, sino reunir el cuerpo del torero con el morro del toro. Es decir, clavar por delante en lo que se llama asomándose al balcón (de los pitones) y no a toro pasado como sucedió con los dos primeros pares y no en el tercero al violín. En el quinto en cambio, los pares fueron mejor puestos y reunidos. Pero en este ya la faena no terminó ni el toro ni él , nada de lo que habían empezado. Y no pasa nada por ejercer de atleta y templar corriendo "palante" o "patrás" al toro en el tercio de banderillas. Ya sabemos que el toreo es más quietud y mando que movimiento, sobre todo de piernas. Pero en banderillas es otra cosa. Se puede hacer de muy diversas maneras.
Ya saben, El Fandi estuvo a punto de cortar una oreja en su primero y se silencio lo que había hecho en el quinto. En uno bien con la capa y muleta y en el otro bien con la capa y las banderillas. La espada en el de la petición -es cierto- y esto no se lo comenté a mi amigo, también pudo influir en esa posible denegación de premio que la espada cayó baja y eso también se paga en Madrid. Al menos en el caso de algunos toreros. El balance, en la única corrida de este año en Las Ventas, sin duda mucho mejor que otros que han matado entre seis y diez toros.
Y aclarado lo de El Fandi a mi amigo Antonio, de Granada, debemos decir que en los otros cuatro toros, Rafaelillo y Matías Tejela se repartieron unos excelentes silencios, que es lo peor que le puede pasar a un torero, que pasen de puntillas, como si no hubieran aparecido. Rafaelillo sustituto de Julio Aparicio y uno de los premiados en estas ferias venteñas con una oreja debería saber que el toreo es mando y temple y eso lo pusieron sus toros, con mayor o menos peligro. Pero el toreo debe ser mando y temple y no solo acompañar las embestidas. Si además existía el espacio de dos toros entre el real y el cuerpo del torero... se puede explicar el silencio.
Y de Matías Tejela, que remató el quite al segundo de David Fandila con una hermosa media verónica, ahí terminó sus recuerdos artísticos para mi cámara y para mí.
Dos toros de Torrealta remendando la corrida de La Palmosilla, con toros rondando y sobrepasando los 600 kilos... y de juego más o menos válido, a nuestro entender. La tarde calurosísima y mi amigo, desde la grada del 8, con el sol creciente según avanzaba la tarde, se preguntaba, ¿por qué no le han dado una oreja en el segundo a El Fandi?


Mi amigo Antonio con sombrero








































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