El Juli no es El Cordobés
Toros de Jandilla-Vegahermosa, manejables en general, salvo el cuarto y muy bueno el sexto, premiado con la vuelta al ruedo
Jesulín de Ubrique: silencio y pitos
Manul Díaz El Cordobés: oreja y oreja
Julián López El Juli: ovación y dos orejas
Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez
El cartel
El sexto toro, Avispado, no sé si en otras manos hubiera merecido la vuelta al ruedo, el tercero, que tampoco era nada, terminó embistiendo por la maestría de Julián López. En ese tercero, después de un pinchazo arriba, el público ni se inmutó y guardó todos los pañuelos. En cambio en el quinto, el de la segunda oreja de Manuel Díaz, después de dar dos vueltas completas al ruedo tras el toro con la muleta durante su faena, ejecutar el salto del batracio, pinchar y cobrar una estocada, el público se volvió loco pidiendo un trofeo que le fue concedido. Algo peor ocurrió antes, en el segundo de la tarde. El Cordobés dio tres muletazos con sentido, tocó el cuerno del pitón otras tres veces en adornos de porfía y con una estocada buena, eso si, la primer oreja. Está claro que la simpatía es un don que por estas tierras está bien, muy bien visto. El Juli, en su primero estuvo enmaestro haciendo embestir un toro que siempre levó la cara por arriba y terminó por abajo. Es decir, lo cogía delante arriba y en un recorrido largo, lo soltaba abajo y atrás, con transmisión porque fuerza si tuvieron los Jandillas de Borja Domecq. En el sexto, después el número de El Cordobés, besando la tierra del ruedo y agradeciendo la oreja que le daba la salida por la puerta grande, El Juli no podía dejarse ir la tarde de vacío, máxime cuando el único toreo que se había hecho hasta entonces fue el suyo. Los lances de recibo, a la verónica ya fueron lentos, lentísimos y con el toro entregado, el quite por chicuelinas fue algo irregular con dos muy buenas y otras dos que ni fueron chicuelinas. Con la muleta echó el resto y en su forma y estilo, lo hizo como se hace el toreo. ¿Qué no es el arte de otros…? No importa. Y en este si, su volapié y un contundente descabello supusieron el premio de las dos orejas. Y al toro, una máquina de embestir, el premio de la vuelta al ruedo. Van dos toros con este premio en la Feria y muchos embistiendo bien.
¿Y de Jesulín? Como alguien decía ayer después de la corrida: Descanse en paz. No sabemos que hace este hombre vistiéndose de torero. Con eso queda dicho todo.
Los toros
Jesulín, que vuelve a El Bibio
Manuel Díaz El Cordobés
El Juli en El Bibio
El capote de paseo de El Juli
Julián López El Juli
Carlos Zúñiga jr. y el conde de Mayalde
El primero de Vegahermosa
Jesulín en los lances al primero
El segundo de Jandilla
Lances de recibo de El Cordobés a su primero
El Cordobés, ídolo en Asturias
Ahora el pitón derecho
Fijeza en la embestida del segundo
El tercero en la salida
El peligroso cuarto de Vegahemosa
Jesulín en el complicado cuarto
Toros de Jandilla-Vegahermosa, manejables en general, salvo el cuarto y muy bueno el sexto, premiado con la vuelta al ruedo
Jesulín de Ubrique: silencio y pitos
Manul Díaz El Cordobés: oreja y oreja
Julián López El Juli: ovación y dos orejas
Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez
El cartel
El sexto toro, Avispado, no sé si en otras manos hubiera merecido la vuelta al ruedo, el tercero, que tampoco era nada, terminó embistiendo por la maestría de Julián López. En ese tercero, después de un pinchazo arriba, el público ni se inmutó y guardó todos los pañuelos. En cambio en el quinto, el de la segunda oreja de Manuel Díaz, después de dar dos vueltas completas al ruedo tras el toro con la muleta durante su faena, ejecutar el salto del batracio, pinchar y cobrar una estocada, el público se volvió loco pidiendo un trofeo que le fue concedido. Algo peor ocurrió antes, en el segundo de la tarde. El Cordobés dio tres muletazos con sentido, tocó el cuerno del pitón otras tres veces en adornos de porfía y con una estocada buena, eso si, la primer oreja. Está claro que la simpatía es un don que por estas tierras está bien, muy bien visto. El Juli, en su primero estuvo enmaestro haciendo embestir un toro que siempre levó la cara por arriba y terminó por abajo. Es decir, lo cogía delante arriba y en un recorrido largo, lo soltaba abajo y atrás, con transmisión porque fuerza si tuvieron los Jandillas de Borja Domecq. En el sexto, después el número de El Cordobés, besando la tierra del ruedo y agradeciendo la oreja que le daba la salida por la puerta grande, El Juli no podía dejarse ir la tarde de vacío, máxime cuando el único toreo que se había hecho hasta entonces fue el suyo. Los lances de recibo, a la verónica ya fueron lentos, lentísimos y con el toro entregado, el quite por chicuelinas fue algo irregular con dos muy buenas y otras dos que ni fueron chicuelinas. Con la muleta echó el resto y en su forma y estilo, lo hizo como se hace el toreo. ¿Qué no es el arte de otros…? No importa. Y en este si, su volapié y un contundente descabello supusieron el premio de las dos orejas. Y al toro, una máquina de embestir, el premio de la vuelta al ruedo. Van dos toros con este premio en la Feria y muchos embistiendo bien.
¿Y de Jesulín? Como alguien decía ayer después de la corrida: Descanse en paz. No sabemos que hace este hombre vistiéndose de torero. Con eso queda dicho todo.
Los toros
Jesulín, que vuelve a El Bibio
Manuel Díaz El Cordobés
El Juli en El Bibio
El capote de paseo de El Juli
Julián López El Juli
Carlos Zúñiga jr. y el conde de Mayalde
El primero de Vegahermosa
Jesulín en los lances al primero
La estocada en el primero de Jesulín
El segundo de Jandilla
Lances de recibo de El Cordobés a su primero
El Cordobés, ídolo en Asturias
Ahora el pitón derecho
Fijeza en la embestida del segundo
El tercero en la salida
El peligroso cuarto de Vegahemosa
Jesulín en el complicado cuarto
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