Fernando Corella
Con el inicio de la temporada en Madrid, con la feria de Fallas en Valencia y con el fin de semana supertaurino de Olivenza, traemos a Larga Cambiada un acercamiento a Fernando Corella, escritor, dibujante, cartelista, pintor y sobre todo aficionado taurino. Y último ganador del Concurso de relatos taurinos de la Asociación Tierra de Toros de Colmenar Viejo.
Cómo es tu acercamiento tuyo a la fiesta de los toros en primer lugar y al humorismo taurino en segundo.
Tengo recuerdos muy lejanos siendo un niño, en “la chata” de Carabanchel viendo toros con mi padre y mi padrino. Cuando llegaba a casa dibujaba “a mi manera” lo que había visto, dibujaba a los toros vistos desde arriba y a los toreros y picadores en vertical, creo que porque la imagen que tenía de los toreros era en el patio de cuadrillas y a los toros sólo los veía desde arriba.
¿Qué te atrae más de los toros, el arte, el estilo de cada torero, la verdad del toro, el color de esta fiesta o cualquier otro aspecto?
Cada fase de la tauromaquia tiene su interés. “Los toros, Acontecimiento Nacional”, fue el título de un ensayo breve, pero magnífico de Enrique Tierno Galván, y es verdad que cuando las corridas de toros son un auténtico acontecimiento es algo inigualable. Pero también me entusiasma ver al toro en el campo, la bravura de una vaca en una tienta, los comentarios que envuelven el miedo cuando el torero se viste en el hotel. El murmullo y el brillo de la plaza en una corrida de expectación. Una conferencia taurina con figuras, ganaderos y aficionados viejos, donde lo mejor que se puede hacer es ver, oír, callar y aprender. Todo es cultura.
Cercano a San Sebastián de los Reyes y a las figuras de Serafín y otros que han sido importantes en lo taurino, ¿además de SSRR te acercas a otros escenarios taurinos?
Me gusta ver toros en cualquier sitio. Recuerdo una tarde mágica, y no por lo taurino, hace muchos años, en la plaza de Las Navas del Marqués en Ávila, era una tarde de tormenta, salió el sol cuando comenzaba el paseíllo, el cielo con nubarrones oscuros y el arco iris por encima del castillo donde se adosaba la plaza, la música, el chisporroteo de los trajes… hay sensaciones que ya valen el precio de la entrada.
Respecto a Serafín, el inolvidable Marqués de Serafín de la Codorniz, mi maestro en eso del humor gráfico, recuerdo con nostalgia las tardes de toros en Sanse, sus comentarios no tenían desperdicio. Con qué emoción contaba que Joselito El Gallo mató seis toros en Madrid, que a cada uno le hizo tres quites y todos distintos, lo contaba y parecía que toreaba con la voz. Era un bohemio excesivo en todo.
Por último tus libros. Escribes y lo haces muy bien. ¿Cómo te sientes más a gusto al expresar algo que deseas comunicar, con el dibujo o con la escritura?
Lo de escribir es mas reciente y he tenido mucha suerte al reconocerme mi trabajo, pero hay muchas personas que escriben muy, muy bien, cuando leo libros como “Piezas de Recreo” de José Luis Ramón, soy consciente de mis limitaciones. Lo de dibujar me divierte, disfruto durante el proceso creativo, desde la primera línea del boceto hasta que el cartel, la caricatura. la viñeta o el dibujo está terminado. Hay ahora un anuncio de coches que dice “Disfrutar es vivir infinitas experiencias”, pues eso, me gusta disfrutar de todo.
Con el inicio de la temporada en Madrid, con la feria de Fallas en Valencia y con el fin de semana supertaurino de Olivenza, traemos a Larga Cambiada un acercamiento a Fernando Corella, escritor, dibujante, cartelista, pintor y sobre todo aficionado taurino. Y último ganador del Concurso de relatos taurinos de la Asociación Tierra de Toros de Colmenar Viejo.
Cómo es tu acercamiento tuyo a la fiesta de los toros en primer lugar y al humorismo taurino en segundo.
Tengo recuerdos muy lejanos siendo un niño, en “la chata” de Carabanchel viendo toros con mi padre y mi padrino. Cuando llegaba a casa dibujaba “a mi manera” lo que había visto, dibujaba a los toros vistos desde arriba y a los toreros y picadores en vertical, creo que porque la imagen que tenía de los toreros era en el patio de cuadrillas y a los toros sólo los veía desde arriba.
¿Qué te atrae más de los toros, el arte, el estilo de cada torero, la verdad del toro, el color de esta fiesta o cualquier otro aspecto?
Cada fase de la tauromaquia tiene su interés. “Los toros, Acontecimiento Nacional”, fue el título de un ensayo breve, pero magnífico de Enrique Tierno Galván, y es verdad que cuando las corridas de toros son un auténtico acontecimiento es algo inigualable. Pero también me entusiasma ver al toro en el campo, la bravura de una vaca en una tienta, los comentarios que envuelven el miedo cuando el torero se viste en el hotel. El murmullo y el brillo de la plaza en una corrida de expectación. Una conferencia taurina con figuras, ganaderos y aficionados viejos, donde lo mejor que se puede hacer es ver, oír, callar y aprender. Todo es cultura.
Cercano a San Sebastián de los Reyes y a las figuras de Serafín y otros que han sido importantes en lo taurino, ¿además de SSRR te acercas a otros escenarios taurinos?
Me gusta ver toros en cualquier sitio. Recuerdo una tarde mágica, y no por lo taurino, hace muchos años, en la plaza de Las Navas del Marqués en Ávila, era una tarde de tormenta, salió el sol cuando comenzaba el paseíllo, el cielo con nubarrones oscuros y el arco iris por encima del castillo donde se adosaba la plaza, la música, el chisporroteo de los trajes… hay sensaciones que ya valen el precio de la entrada.
Respecto a Serafín, el inolvidable Marqués de Serafín de la Codorniz, mi maestro en eso del humor gráfico, recuerdo con nostalgia las tardes de toros en Sanse, sus comentarios no tenían desperdicio. Con qué emoción contaba que Joselito El Gallo mató seis toros en Madrid, que a cada uno le hizo tres quites y todos distintos, lo contaba y parecía que toreaba con la voz. Era un bohemio excesivo en todo.
Por último tus libros. Escribes y lo haces muy bien. ¿Cómo te sientes más a gusto al expresar algo que deseas comunicar, con el dibujo o con la escritura?
Lo de escribir es mas reciente y he tenido mucha suerte al reconocerme mi trabajo, pero hay muchas personas que escriben muy, muy bien, cuando leo libros como “Piezas de Recreo” de José Luis Ramón, soy consciente de mis limitaciones. Lo de dibujar me divierte, disfruto durante el proceso creativo, desde la primera línea del boceto hasta que el cartel, la caricatura. la viñeta o el dibujo está terminado. Hay ahora un anuncio de coches que dice “Disfrutar es vivir infinitas experiencias”, pues eso, me gusta disfrutar de todo.
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