Vuelta para Gómez del Pilar en el primer festejo de la temporada
Novillos de La Dehesilla
Sergio Blanco: silencio y silencio
Gómez del Pilar: saludo tras aviso y vuelta
Adrián de Torres: silenco y aviso en ambos
Texto y fotos: JMSV
Vuelta de Gómez del Pilar
Novillos de La Dehesilla
Sergio Blanco: silencio y silencio
Gómez del Pilar: saludo tras aviso y vuelta
Adrián de Torres: silenco y aviso en ambos
Texto y fotos: JMSV
Vuelta de Gómez del Pilar
No dio juego el ganado y en el sexto se oyó un grito que salió del 7: ¡Hay que cuidar la ganadería! Lo intentaron los novilleros, pero…
Al primero le sacó Sergio Blanco tres naturales, demasiado para las escasas fuerzas del novillo. El cuarto derribó a Ramón García, que llevaba una chaquetilla preciosa negra y oro; era codicioso el astado, pero de embestida poco clara. Lo despachó de bajonazo.
Al segundo lo recibió con excelentes verónicas Gómez del Pilar, templó con la derecha y apuntó dos buenos naturales. Le pidieron que saludara y lo hizo. En el quinto levantó la tarde el banderillero David Adalid, con dos pares arriesgados y el saludo desmonterado por aclamación de la concurrencia. Gómez del Pilar se creció, pero fue de más a menos. Le echó arrestos y sufrió una voltereta. Dio la vuelta al ruedo más por el pundonor que por su toreo. Adrián de Torres se lució con el capote en el tercero, lo sacó al centro pero se rajó enseguida; en el sexto dibujó un trincherazo de cartel y trazó varios naturales. Cuando entró a matar ya hacía frío en Las Ventas y la luz amarillenta de los focos daba al coso el aspecto de un espectáculo de otoño más que de primavera.
Al primero le sacó Sergio Blanco tres naturales, demasiado para las escasas fuerzas del novillo. El cuarto derribó a Ramón García, que llevaba una chaquetilla preciosa negra y oro; era codicioso el astado, pero de embestida poco clara. Lo despachó de bajonazo.
Al segundo lo recibió con excelentes verónicas Gómez del Pilar, templó con la derecha y apuntó dos buenos naturales. Le pidieron que saludara y lo hizo. En el quinto levantó la tarde el banderillero David Adalid, con dos pares arriesgados y el saludo desmonterado por aclamación de la concurrencia. Gómez del Pilar se creció, pero fue de más a menos. Le echó arrestos y sufrió una voltereta. Dio la vuelta al ruedo más por el pundonor que por su toreo. Adrián de Torres se lució con el capote en el tercero, lo sacó al centro pero se rajó enseguida; en el sexto dibujó un trincherazo de cartel y trazó varios naturales. Cuando entró a matar ya hacía frío en Las Ventas y la luz amarillenta de los focos daba al coso el aspecto de un espectáculo de otoño más que de primavera.
El primer cartel
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