Decimoquinta de Feria (24 de mayo)

Tarde de expectación y nada más

Toros de El Torreón y Carmen Segovia (2º sobrero)

Juan Mora: silencio y silencio
José María Manzanares: silencio y silencio
Cayetano: silencio y silencio

Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez

La despedida de los tres diestros por la puerta de cuadrillas


















No dio la tarde para más. Los cinco toros de El Torreón lidiado y el sobrero de Carmen Segovia ofrecieron poco a los tres toreros. Tan solo Juan Mora pudo escuchar una ovación, que apenas saludó y se oyeron palmas en el segundo de Manzanares, el quinto de la tarde. Para mi, premiando las seis estocadas con que ha liquidado sus seis enemigos en este San isidro de 2011. Quedó caída la espada el día de su salida por la puerta grande, en su primero. Las cinco restantes, cinco estocadas que podrían, cada una, valer por una oreja. Quizás esos fueron los aplausos que se oyeron al terminar su actuación hoy. Por lo que respecta a sus faenas, apenas nada. Los intentos de toreo por la derecha en ese quinto de las palmas, porque en su primero, el sobrero de Carmen Segovia, difícil, emplazado y con dificultades para entrar al caballo y a los engaños. Apenas pudo plantear la faena, desarmado dos veces y con la perspectiva de no lograr nada que pudiera tener recompensa.
Juan Mora, que fue el otro diestro que, al menos oyó algo más que palmas, en su primero apenas pudo hacer nada por la poca clase del toro y porque él ni siquiera se planteó el intento de intentarlo. Cerrado en tablas, no dio opción a ver otras posibilidades del toro en otros terrenos.  En cambio, en el cuarto, la faena, en los medios, ante un toro de hechuras muy bastas, tuvo su gracias. Corta, pero con pinturería. Ese toreo de cintura, vertical que realiza consiguió que los olés sonaran con fuerza. Pero fue un espejismo. El toro se rajó y allí mismo, en los medios, finiquitó su labor con una buena estocada. Ese conjunto fueron las causas de la ovación. Y contradicciones de Madrid, se le ovaciona y se le pita, por salir a saludar la ovación. Quizás tuvo que ver el famoso tendido que quiso enseñarlo en medio de la faena a coger el estaquillador de otra manera. Como hace más de 20 años, Juan Mora contesto también al famoso tendido. Y esa debió ser la respuesta del tendido. Pitos, por salir a saludar. Veremos si vuelve a torear en Madrid.
Y Cayetano, que no debería pasar en vano, pasó. Era su única actuación y con el revuelo de toros preparados y esas historias... que vete tu a saber, quizás debió mostrar otra actitud. Sin duda, buena parte de culpa la tuvieron los toros que apenas lo dejaron. Con otro estilo, quizás la pelea hubiera estado asegurada. Así no. Si además, como con el sexto, apenas se sabe por donde meter mano a eso... sucede lo que sucedió. Dos silencios, como dos soles.   Y esa fue la tarde, con muchas ganas de ver algo, pero que en la expectación se quedó todo.

Juan Mora

Jose María Manzanares

Cayetano

El primero de la tarde en el caballo

Que terminó derribando

Los doblones de inicio de Juan Mora

Y ahí casi terminó la faena

El segundo, sobrero de Carmen Segovia

Manzanares intentándolo en su primero

La estocada en el primero

El tercero, de nombre Cristalino

Y los intentos de Cayetano






























Cayetano al natural en este tercero


Y la estocada


El cuarto de la tarde, con el nombre de Trajecito


Juan Mora con Trajecito


La estocada a Trajecito


El quinto, de nombre Fiestero


Apuros de Curro Javier


Lo que pudo Manzanares, aquí con la muleta así 


Y otra gran estocada


Y el sexto, de nombre Barbarosillo


Dificultades de Cayetano


Que terminarion con esta estocada


Los toros, la cultura y la política, Esperanza Aguirre, Albert Boadella y Mario Vargas Llosa

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