Así no se puede
Toros de Nazario Ibáñez (1º), Partido de Resina (2º,3º,4º,5º,6º), Los Chospes (2º, 4º)
Ignacio Garibay: silencio y ovación
Serafín Marín: vuelta al ruedo y silencio
Sergio Aguilar: silencio y silencio
Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez
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Espectacular cogida de Garibay |
Qué pena da ver los toros de esta legendaria ganadería de Pablo Romero, que ahora se llama Partido de Resina. Fue una tarde en la que en cualquier momento podíamos hacer fotos de cogidas y así sucedió en dos ocasiones. Una sin consecuencias para Serafín Marín, con un sobrero de Los Chospes lidiado al devolver el titular. Fue una cogida feísima, al entrar a matar, quedándose en la cara del toro y siendo prendido por el chaleco o la chaquetilla, pero que afortunadamente pudo dar la vuelta al ruedo, en parte por esa cogida... bueno y por el espadazo que recetó, todo hay que decirlo. La otra cogida la sufrió Ignacio Garibay, quien no aparecía por Las Ventas desde hace más de tres años. El toro tenía 672 kilos, cinco años y todo el sentido del mundo, además de la mansedumbre que como sus hermanos quedó patente toda la tarde. Fue en uno de los derechazos que estaba intentando que se tragara. Lo levantó más de dos metros y la cornada atravesaba el muslo derecho, entrando por la parte media, afectando a los músculos tensor, vasto y recto, saliendo por la parte superior del muslo. Y es que el toro, salvo peligro, no tenía nada más que ofrecer. Valiente, apuró hasta el final, para después de pinchar y dejar media con tres o cuatro descabellos, pasar por su pie a la enfermería. El parte emitido por el Dr. García Padrós lo califica de grave. Anteriormente en el primero, un remiendo de Nazario Ibáñez, de espectacular capa armiñada, consiguió hilvanar algún muletazo importante, ya que el toro se dejó por ambos pitones.
Serafín Marín, a nuestro entender debió estar mejor en su primero, el sobrero que hemos citado antes de Los Chospes. El toro transmitía y sobre todo por el derecho, aunque consiguió buenas series no terminó de romper... hasta las manoletinas finales y por supuesto la estocada con la cogida. En el quinto, con el de Partido de Resina, imposible hacer nada. Y la porfía del diestro quedó solo en un acto de justificación. Para nada también sirvieron los dos toros de Sergio Aguilar. Inédito toda la tarde, a quien tan solo pudimos verlo en un quite por altaneras en el segundo, el primero de Serafín Marín. No había posibilidades de torear y ya saben, "lo que no pue ser no pue ser y además es imposible".
Otro año más que no se aprecia ni atisbo de mejora en esta ganadería, cuyos ganaderos, por otra parte, trajeron a Madrid una desigual corrida en cuanto a hechuras y presentación, que ya hubo que remendar en los corrales y que en lo que si tuvo unanimidad es en el sordo peligro y en el mal juego que proporcionaron, impidiendo cualquier asomo de triunfo por parte de los tres toreros.
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Ignacio Garibay |
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Serafín Marín |
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Sergio Aguilar |
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El de Nazario, de nombre Matoncillo |
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Garibay en los lances a Matoncillo |
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La pelea en el caballo |
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Chuflero fue devuelto |
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Y salió este de los Chospes |
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Y Marín lo lanceaba así |
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El pase de pecho de Marín |
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La cogida en la muerte suprema |
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La vuelta al ruedo |
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El tercero, Zarzero |
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Sergio Aguilar |
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El cuarto, Morito, de 772 Kg. |
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Brindis de Garibay a Paloma Linares, César Rincón y Eloy Cavazoz |
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Los doblones oportunos |
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Que no impidieron la cogida |
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El muslo de Garibay |
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El quinto, Joyero |
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No era una joya |
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El sexto, Mediapala II |
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Gran par de Pablo Saugar |
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Aguilar consiguió algún natural |
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