Octava de Feria (17 de mayo)

La izquierda de Talavante

El Ventorrillo


Cid: pitos y silencio
Miguel Ángel Perera: silencio y silencio
Alejandro Talavante: 2 orejas (Puerta Grande) y silencio

Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez

El ayudado de Talavante






Toros de El Ventorrillo.  Excelentemente presentados. Nos gustaron primero y segundo. Excelente el tercero. Flojos y sin transmisión cuarto y quinto y rajado el sexto.
Alejandro Talavante ha abierto la Puerta Grande de Las Ventas con fuerza, en una faena basada en la mano izquierda, en una poderosa y torera mano izquierda. Quizás sea ésta una de las más poderosas de los toreros que ahora están en el escalafón. Salvo los muletazos iniciales que fueron con la derecha y que ya permitieron ver cómo era el excelente toro de El Ventorrillo (Tercero de la tarde, de nombre Cervato, nº 26 y con una espectacular capa en castaño salpicado), el resto de la faena fue con la izquierda. Hasta el espadazo final, al encuentro, también mandó con esa mano al hacer la cruz en la pronta embestida del toro. Faena de emoción, estilo, poder, trasmisión y de naturales larguísimos y bellísimos.  Es Talavante un torero que encontrando el enemigo idóneo, demuestra su personalidad toreando. Sabe torear y no es del montón. La fuerza de la faena fue la transmisión de toro y torero. Antes había demostrado en un quite ajustadísimo de dos gaoneras con revolera, en el segundo de la tarde, primero de Perera, que es torero de impacto porque sabe torear y posee valor suficiente para la quietud ante embestidas impetuosas. Es lo que hizo en la faena de muleta al tercero. A pesar de dos desarmes, por esa quietud y de estar  punto de ser arrollado en otras dos ocasiones, el resto de los muletazos resultaron estéticos, con mando y con variedad. Cambios de mano, invertidos sin preparación, manoletinas, trincherillas y ese remate personalísimo al natural, que nos recuerda cierto aire de aquellos naturales (hablamos fotográficamente) de un torero trascendente y desconocido en la historia de la tauromaquia como fue Félix Rodríguez. El natural de Félix Rodríguez lo hacía levantando el brazo con el estoque y cerrando el toro en la cintura, Talavante lo hace a modo de ayudado, levanta el brazo hasta el codo y ayuda, desde arriba, con la espada para atraer también al toro. Como además mató de forma excelente, casi recibiendo pero en realidad al encuentro, la plaza estuvo con él. Gran faena, gran toro y gran torero, la comunión perfecta para una triunfal, sin ambages, salida por la Puerta Grande.
De Manuel Jesús El Cid y de Miguel Ángel Perera, poco se puede decir. Desaparecidos en  combate.  Incluso con dos toros con bastante buen son como fueron los dos primeros de cada uno.  Al menos así nos lo pareció. Con los otros, es cierto que no tuvieron opciones. Y Talavante con el último, 620 kilos, tampoco. Parecía tener buen son, pero pronto se quedó en nada. Aunque lo intentó y puso él más que el toro, ya no hubo transmisión y la faena quedó en un silencio más. Lo importante ya había sucedido en el tercero.

Perera estirando

Miguel Ángel Moncholi y Miguel Ángel Perera

Guapetón, el primero

Talavante para el quite por gaoneras

Perera en su primero

Susto de Perera

El tercero, Cervato

Aterrizaje de Tulio Salguero

Remate en el quite de Talavante

Naturales I

Naturales II

Naturales III

Manoletinas

Cambiado por la espalda

La estocada

La vuelta al ruedo

El cuarto, Mosquito

El Cid en un ajustado de pecho

El quinto, Coleto

Recibo de Perera

El sexto, Afortunado

Talavante en el sexto

La vuelta al ruedo a hombros

...Y la salida por la Puerta Grande

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