Quinta de la Feria de Begoña. Gijón, (13 de agosto)

Toros del Conde de Mayalde

Víctor Puerto: ovación y aplausos

Rubén Pinar: oreja y oreja

Juan del Álamo: oreja y aplausos

Cerca de tres cuartos de plaza

Hoy tocó aburrimiento

Texto y fotos: Manuel Durán

Puerta Grande para Rubén Pinar

La corrida del conde de Mayalde creo que va a ser la mejor presentada de toda la feria, salvo que me dejen mal las de Jandilla y Hermanos García Jiménez. Y de juego, pues me parece que también porque todos los toros sirvieron, en mayor o menos bondad o en mayor o menor transmisión.

Y de los toreros, ¿qué decir? Pues que en general aburrieron, a pesar de los centenares de pases que dieron. Era como si a partir de la faena lenta, lentísima, la más lenta que recuerdo al primero, de Víctor Puerto, los demás toreros Rubén Pinar y Juan del Álamo a una velocidad distinta, eso si, hicieran un “dejà vu” (ya saben ustedes que quiere decir un “ya visto), invertidos circulares por la derecha, invertidos contrarios por la izquierda (que casi no se sabe ni lo que es), es decir toda una amalgama de llevar el toro por aquí y por allá, pero sin emocionar, porque se hacía hacia fuera, con el pico, moviéndose… y claro los aficionados asturianos que hoy quizás había menos de otros lugares de España, hoy si que no se emocionaban y aquello fue una tarde “aburrida”. El gato al agua se lo llevó Rubén Pinar con una oreja en cada toro, el más listo del cartel. Aunque también Juan del Álamo estuvo a punto de conseguirlo si no falla a espadas en el sexto, después de un repertorio, al menos, distinto con el capote, donde si estuvo original y variado. En la muleta ya no tanto. De esta manera, Rubén Pinar, puerta grande en El Bibio, la tercera de cinco festejos. En la sexta, cartel de figuras, El Juli, Manzanares y Perera. Intentaremos contárselo y enseñárselo.