Toros de Jandilla, (2,4,5) y Vegahermosa (1,3,6.) El cuarto devuelto y en su lugar un sobrero del Conde de Mayalde.
Julián López El Juli: dos orejas y ovación
Josñe Marñia Manznares: silencio y oreja
Miguel Ángel Perera: ovación y oreja
La plaza llena y la corrida comenzó con 30minutos de retraso para acondicionar el ruedo, por la lluvia caída
Dominio julista y el martinete invertido
Texto y foto: Manuel Durán
El martinete invertido de El Juli, en Gijón |
Hoy en Gijón era el día de El Juli, su Peña celebraba la comida anual, “les fabes con almejes” en Viñao y después a ver el triunfo de su torero. Hubo que esperar, pues la lluvia no era orbayu, sino algo más consistente y la plaza, cubierta con plástico, hubo de acondicionarse. Finalmente quedó en buenas condiciones.
La corrida de Borja Domecq en sus dos hierros, Jandilla y Vegahermosa tuvo kilos y poca o justa presencia de cara con varios toros (hasta cuatro) demasiado abrochados. El comportamiento desigual, pero lucieron los dos toros de el Juli. Primero de Vegahermosa y el cuarto, sobrero, del Conde de Mayalde, que embestía con dificultad y torpeza y aprendió en y con la muleta de su matador.
Faena redonda de dominio de poder y de facilidad en la cara del toro. Desde los lances a la estocada final, también fácil, separándose lo justo para dejar la estocada en u sitio, aunque ese sitio fuera un poco el rincón de Ordóñez. Lo mejor lo vimos en la faena de muleta con chispa estética, a la vez que dominio de todas las situaciones y además, un pase nuevo, que quizás lo haya practicado en otras lazas, pero a nosotros nos pareció nuevo: el martinete invertido, Se lo preguntamos directamente en el callejón y nos respondió que en efecto era ese el pase. En su segundo, del Conde de Mayalde, después de redondear una faena haciendo al toro, para que embistiera en condiciones lo pinchó repetidamente.
Manzanares se llevó dos toros que sin comerse a nadie tenían serias dificultades a la hora de confiarse. Tuvo que echar mano de la técnica para dominar a su primero, al que terminó dominando, pero que pinchó y no obtuvo trofeo. En el quinto, con más problemas y rajado en cuanto sintió el poder de la muleta del alicantino, hubo que estar corriendo tras él. Un pinchazo y estoconazo le sirvieron para cortar una oreja.
Idéntico premio obtuvo Perera después de mostrarse variado con el capote en los dos toros e iniciar sus faenas de muleta de forma espectacular sin variar ni terrenos ni su posición. Al tercero lo pinchó, mientras que en el que cerraba plaza, con casi 600 kilos, lo mató bien y paseó una oreja.
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