Quinta de la Feria de Gijón (13 de agosto)

DE LA TRAGEDIA AL TRIUNFO EN MARTES Y TRECE

6 toros de La Quinta, con buena presentación y aceptable juego salvo el primero.
Mano a mano para Antonio Ferrera: ovación y saludos; dos orejas y una oreja. Pasó a la enfermería al terminar la lidia de su segundo, tercero de la tarde y salió para lidiar el quinto, cortando otra oreja.
Javier Castaño: una oreja en su primero, pasó a la enfermería en el cuarto que no pudo matar y en el sexto dos orejas.
Álvaro La Calle, sobresaliente: una oreja en el cuarto, al estar los dos matadores en la enfermería

 
Texto y fotos: Manuel Durán
 
Puede ser difícil entrar a contar en detalle lo acontecido esta tarde en el coso de El Bibio en Gijón, porque fueron tantas cosas, pero iremos intentándolo.
Importante, los toros: santacolomas de La Quinta que salvo el primero, soso y con pocas fuerzas, dieron emoción, tremenda emoción a la tarde. Al cuarto se le dio la vuelta al ruedo y aplaudidos todos en el arrastre salvo el ya explicado primero.
Más importante, los toreros: Antonio Ferrera, Javier Castaño y el sobresaliente Álvaro La Calle. En los subalternos, David Adalid, Fernando Sánchez, Marcos Galán y Tito Sandoval. Los dos matadores porque fueron cogidos y volvieron al ruedo. El sobresaliente, porque después de no “oler toro” en mucho tiempo, supo estar delante del santacoloma cuarto (de vuelta al ruedo) y con mucho mérito sacar una faena adelante con cierta chispa, valor y clase. Como la primera oreja la pide el público, el presidente la tuvo que dar, aunque fuera después de pinchar dos veces, pero con una gran estocada a la tercera. Así pues, el sobresaliente cortó una oreja. Podría ser un titular también si no es porque ocurrieron otros acontecimientos.
Y fueron, las faenas de Ferrera a su segundo y a su tercero (tercero y quinto de lidia). Largo de rodillas en el tercio, picó y puso banderillas. Después realizó una valiente y emocionante faena. Como pinchó en un primer intento a la hora de matar, a la segunda se la jugó y estos toros son certerísimos: cornada por encima de la rodilla y estocada hasta la bola. Las dos orejas. Directo a la enfermería después de que el alguacilillo le diera los trofeos. En el sexto, después de volver del quirófano junto a Javier Castaño, con un pantalón prestado, faena épica con un par de banderillas al violín (los otro dos pares fueron ofrecidos a David Adalid y Fernando Sánchez) y estocada tras pinchazo. Otra oreja
Y Castaño, con una oreja merecida en su primero, por una faena cerrada más que bien con la estocada, en el cuarto, un descuido tas lancear con buen son, le supuso una cornadita en el coxis, dolorosísima de perder el conocimiento en el callejón.  Y ahí apareció Álvaro La Calle, con dudas hasta para brindar, pero con cierta firmeza que fue aumentando con la lidia del toro de vuelta al ruedo. Tampoco sabía cuando recoger su premio, si antes o después de arrastrar el toro. El sobresaliente tuvo un toro, un excelente toro para él. Y de nuevo Castaño en el ruedo, para otra faena épica, con toro echando la cara arriba en cuanto no lo obligaban. Toro con mucho que torear, pero sellada con una estocada perfecta y con entrega. Premio de dos orejas.
Y más, los subalternos, no solo los famosos de Castaño, también los de Ferrera:  Bermejo, Domingo Siro y Manolo García que ayudaron a controlar la situación, estuvieron muy bien. Fernando Sánchez, mejor que Adalid, a nuestro gusto,  y sensacional Sandoval, con el sexto santacoloma,  arrancado desde los medios al caballo.
Estas fueron algunas de las cosas que sucedieron, además de los comentarios de los aficionados de ver algo distinto, con mucha verdad,  para el recuerdo en esta feria de números redondos por el 125 Aniversario celebrado.  Tarde de sangre y de verdad, quizás no de demasiado arte, pero la tauromaquia se nutre también de valores como los demostrados hoy por dos TOREROS con mayúsculas: Antonio Ferrera  y Javier Castaño. 
 
Cartel
 
 
Reseña de los toros

Javier Castaño

Antonio Ferrera

Álvaro La Calle























































Brindis de Castaño a Ferrera, tras volver de la enfermería





La Calle entre Ferrera y Castaño abandonando el ruedo

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