DESPUÉS
DE LA EMOCIÓN VIENE LA CALMA, Y MÁS COGIDAS
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Toros de Fraile Mazas (1º y 6º) y 4 de Valdefreso, bien presentados y de
comportamiento en general desigual y bastante deslucido.
Curro Díaz: saludos y silencio
El Cid: silencio y silencio
Iván Fandiño: saludos y silencio
Texto
y fotos: Manuel Durán
No
es que fuera todo calma, sobre todo por la cornada o cornadas a Rafael Perea y
por el peligro sordo y escondido de algunos de los toros de la familia Fraile.
Pero sí que desde el primero en que Curro Díaz, a pesar de que hizo las cosas
bien y con buenos detalles, apenas tenía eco en el tendido hasta Iván Fandiño
en el sexto, peligroso de verdad y sin transmisión (algo difícil de entender),
la tarde pasó sin pena ni gloria. O más bien pena, sobre todo para el
subalterno de Manuel Jesús Cid, Rafael Perea, que en la misma entrada del
burladero donde fue cogido ayer Javier Castaño, fue alcanzado por el segundo de
la tarde. Ese fue el peligro de los atanasios hoy: los toros parecía que no
pasaban, manseando, pero lo hacían en cuanto veían posibilidad de herir. El
subalterno tiene una seria cornada con tres trayectorias, de las que fue
operado en la plaza. Por la situación y los momentos que se vivieron parecía que podía ser mucho
más grave, con serlo ya bastante, pero afortunadamente la cornada es de las
llamadas “limpias”.
También
sufrió un revolcón Iván Fandiño en su primero y estuvo a punto de ser herido.
La faena la empezó en los medios con un cambiado espectacular, pero a partir de
ahí, la faena transcurrió sin pena ni gloria. Y en el sexto fue bastante ya
aguantar las peligrosas embestidas.
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