Castella conquista Madrid
Toros de Alcurrucén (3 vuelta al ruedo)
Morante de la Puebla: silencio y pitos
El Juli: silencio y silencio
Sebastián Castella: dos orejas y
silencio
Fotos: JMSV
Morante a la verónica |
Derribo en el primero |
El coleo |
Brindis de Morante al rey Juan Carlos |
Morante en el primero I |
Morante en el primero II |
Morante en el primero III |
El Julii en el segundo |
El tercero |
Castella por chicuelinas |
Remate de Morante |
Castella en el tercero I |
Castella en el tercero II |
Castella en el tercero III |
Toreó hasta sin muleta |
Castella en el tercero IV |
Castella en el tercero V |
Castella en el tercero VI |
Castella en el tercero VII |
Castella en el tercero VIII |
Castella en el tercero IX |
Castella en el tercero X |
Castella en el tercero XI |
Castella en el tercero XII |
Castella en el tercero XIII |
Castella en el tercero XIV |
Dos pañuelos |
Vuelta al ruedo a Jabatillo |
Las dos orejas |
El cuarto |
Morante en el cuarto |
El Juli con el caporte en el quinto |
El Juli en el quinto |
El Juli en el quinto II |
El sexto |
Castella en el sexto I |
Castella en el sexto II |
La vuelta en hombros |
Hacia la Puerta Grande |
LA FRAGANCIA DE CASTELLA
ResponderEliminar“Una faena en la cumbre, quiera Dios se haga costumbre.”
Vigésima la corrida,
que San Isidro decida,
en histórico festejo,
gran cartel, del sol reflejo.
Sebastián, ¡viva la Francia!,
dio muestra de su fragancia,
en Las Ventas, fue Castella,
torero de digna estrella.
Vestido, tabaco y oro,
santiguado fue su imploro,
muy formal, fiel paseíllo,
soñando en el propio brillo.
Astado serio, sincero,
de la tarde fue el tercero,
cuernos altos, colorado,
bella estampa, asaz armado.
“Jabatillo”, se llamaba,
raza fuerte, estirpe brava,
los genes al cien por cien,
divisa de Alcurrucén.
Capote pulcro, educado,
con tersura dibujado,
“chicuelina” pinturera,
suave media a la cadera.
Varilargas son las jaras,
polémico tercio, varas,
verónicas en el quite,
arte joven se transmite.
Que decir de la muleta,
tela roja cual veleta,
faena por naturales,
suertes espectaculares.
Público puesto de pie,
de tal magia me apropié,
con ambas manos, maestro,
¡que zurda, del galo diestro!
Un fino lance cambiado,
molinete destacado,
trincherillas, el desprecio,
pases que no tienen precio.
Con ritmo, profundidad,
la templanza sin piedad,
largueza de cabo a rabo,
en mi memoria lo grabo.
El deseo del ganadero,
dualidad, toro, torero,
hermanados en la lidia,
entregados, sin perfidia.
Toro que humille, que embista,
que nunca pierda la pista,
que tenga un tranco de más,
que muestre siempre esa faz.
Y, un hombre, torero, esteta,
tauromaquia de etiqueta,
que conduzca acometida,
de manera muy sentida.
Cóncavo, feliz, convexo,
final, genial, genuflexo,
matador tozudo, exalto,
estoconazo, en lo alto.
Toda tienta así germina,
ser humano, adrenalina,
vuelo de pañuelos blancos,
tendidos, aplausos francos.
Presidente justiciero,
par de orejas, premio entero,
“Jabatillo”, vuelta al ruedo,
arrastre despacio, quedo.
Finca del “Egido Grande”,
pasto verde que se expande,
Pablo Lozano Martín,
este triunfo buen festín.
Por el peto, por la espada,
dos “peros” que no son nada,
como la nube que empaña
el astro de la mañana.
Puerta grande bien lograda,
española tan deseada,
un francés que sale a hombros,
que no cesen los asombros.
En Madrid se toca el cielo,
toreando con mucho celo,
surtió efectos la oración,
Castella, en su mejor versión.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
México, D. F., a 27 de mayo del 2015
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