Toros
con los pitones recortados, de Castillejo de Huebra
Fermín
Bohórquez: silencio en el único que se mató de la corrida
Leonardo
Hernández: inédito
Manuel
Manzanares: inédito
Había algo menos
de media plaza, pero se hizo la noche durante la lidia del primer toro, al que
apenas ya nadie vio rejonear porque estaban más pendientes de buscar refugio
que de las suertes del caballero rejoneador Fermín Bohórquez.
A sus compañeros
se les vio evolucionar bien en el larguísimo paseíllo del arte de Marialva,
para ya no volver a salir ante las inclemencias del tiempo, desatadas cual
Furias del Olimpo. Una fórmula poco
ortodoxa la de terminar la Feria así, pero los dioses en esta ocasión así lo
quisieron.
Texto
y fotos: Manuel Durán
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Las nubes se iban acechando, antes de empezar el festejo |
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El paseíllo |
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Fermín Bohórquez |
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Leonardo Hernández |
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Manuel Manzanares |
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El primero y único de la tarde |
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Uno de los rejones de Bohórquez |
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Banderillas |
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Y de pronto se hizo la noche |
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Y la plaza quedó inundada |
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