Homenaje a Antonio Bienvenida en Hoyo de Manzanares (20 noviembre)

El pasado viernes día 20, en Hoyo de Manzanares (Madrid) tuvo lugar un emotivo homenaje en recuerdo de Antonio Bienvenida a los 40 años de su muerte.  Asistieron Paloma Mejías y su hijo Gonzalo Izquierdo, junto a Carlos Abella en un acto presentado y coordinado por Sixto Naranjo, periodista de la Cadena COPE, junto al alcalde de la localidad José Ramón Regueiras y la concejala de Festejos.
También se entregaron los premios de la pasada Feria de 2015, con trofeos al triunfador de las novilladas Ángel Téllez, de la Escuela de Madrid, a la mejor faena Adrien Salenc, de la Fundación El Juli y la mejor estocada a José Aguilera. El premio al mejor novillo y mejor ganadería a  Pablo Mayoral. 
El acto, emotivo, contó con la presencia entre el público del matador de toros José Ignacio Uceda Leal y del hijo mayor de Antonio Bienvenida, de igual nombre.  Paloma contó y se emocionó hablando de su padre, como torero y como padre. De los recuerdos infantiles y de su adolescencia (contaba 14 años cuando falleció su padre) y de cómo le encanta que su hijo Gonzalo toree en el campo, pero nada más. Alguna vez Gonzalo, con todos los datos de la biografía de su abuelo en la cabeza, intentó convencer a su madre para intentar ser algo más en el mundo del toro, vistiéndose de luces, pero su madre cortó de raíz, con la explicación siguiente: "¿podrías igualar o superar lo que fue tu abuelo en el mundo del toro"? Pues entonces mejor lo dejamos ahí. 
Gonzalo proyectó una excelente colección fotográfica de su abuelo en familia y vestido de luces en muchas plazas de España. Antonio Bienvenida (hijo) contó anécdotas del Papa Negro y su figura, como gran patriarca y "hacedor" de una de las dinastías taurinas más importantes de la historia de la Tauromaquia. 
Carlos Abella algo que llegó de forma directa al corazón de los asistentes. En México, se decía,  "cuando Silverio (Pérez)  torea, Méjico llora, se estremece, cuando lo hace Antonio Bienvenida, España sonríe".  Antonio bienvenida, el torero de la eterna sonrisa. Además de hablar de su tauromaquia, de su relación con la familia Dominguín y en concreto con Luis Miguel Abella aportó y llevó enmarcada una preciosa fotografía en la plaza de Vista Alegre, en la que Luis Miguel, de paisano, abraza a Antonio.  Naturalidad y ortodoxia en su tauromaquia y en la vida.
El coloquio fue excelentemente conducido por Sixto Naranjo, quien supo indagar y preguntar adecuadamente sobre el gran torero nacido en Caracas, pero  "torero de Madrid, más importante que ser figura del toreo", como apuntó Carlos Abella. 

Texto y fotos: Manuel Durán





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