Vigesimoséptima de la Feria (1 de junio)

Corrida de la Beneficencia

4 toros de Victoriano del Río y 2 de Toros de Cortes
Sebastián Castella: silencio tras aplausos y aplausos tras aviso
José María Manzanares: silencio y dos orejas (Puerta Grande)
López Simón: dos orejas y saludo (Puerta Grande)

REY MANZANARES

Venía en esta temporada por única vez a Las Ventas. Sus rituales de siempre, rezos y santiguadas a los dos lados del burladero de cuadrillas. Y la Dalia surgió de los prados de Guadalix de la Sierra en forma de toro bravo. Fue José María Manzanares. Para quien se llegó a pedir el rabo en Las Ventas. Posiblemente fuera la inercia de aparecer los dos pañuelos seguidos y el respetable no cayó en la cuenta de que ya estaban concedidas las orejas. Sucedió el toreo al natural y los cambios de mano, los molinetes invertidos y los derechazos, las chicuelinas, llamadas alicantinas de manos bajas lo primero, en el quite y algo especial: el tendido famoso lo aplaudió. Bienvenido el rey

Sucedieron más cosas esta tarde, Castella completó su séptimo y octavo toro este año y se le exige de distinta manera. No es justo, creemos. Y estuvo muy serio y muy capaz y ortodoxo con el cuarto hoy. Escuchó una ovación.

Y López Simón, que sin darse cuenta abrió la Puerta Grande en su primero con una faena muy justa aliñada con un revolcón al entrar a matar. Debió cortar una oreja más en el sexto, pero al sentir regalada la segunda de su primero, el presidente pensó que no procedía.

Y Victoriano del Río de nuevo. Buena corrida en general, y van unas cuantas en Madrid, con un toro para la historia. Lástima ese apunte de rajarse al final, que le privó de la vuelta al ruedo.

Y el recuerdo: 25 años de otra Beneficencia histórica, la de José Ortega Cano y César Rincón con los toros de Samuel Flores. Y como hoy, en compañía del titular de este blog recorrimos el ruedo fotografiando a dos toreros en hombros, camino de la Puerta Grande.

Texto y fotos: Manuel Durán