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Fotógrafos en lugar preferente. Alternativa de El Callao, de manos de Fermín Rivera, 8 diciembre 1956 |
Durante la presente Feria de
Otoño y hasta final de temporada (12 de octubre) permanecerá expuesta en la
Sala Antonio Bienvenida la exposición de este fotógrafo norteamericano (Frederick
George Hochberg (Los Ángeles, California, 1913 – Stauton, Virginia, 1993). Se trata de una muestra, muy selectiva del
fondo fotográfico que sus hijos cedieron, para en algún momento darlo a
conocer, a Robert Ryan y que por fin se ha podido llevar a cabo.
Hemos podido digitalizar más de
300 negativos con auténticas sorpresas de calidad fotográfica y taurina. El
positivado se ha llevado a cabo por el Laboratorio San Marcos, con una calidad
excepcional, respetando a la perfección la variada gama de grises que cada
imagen contiene.
La fotografía taurina en México
tiene una grandísima tradición y posiblemente de ahí tomó los primeros
conceptos Hochberg. Y de entre
ellos a nosotros nos llamó la atención el
ángulo con el que habitualmente se captaban las fotografías. Todos conocemos los puestos colgantes de los
fotógrafos en algunas plazas mexicanas y sobre todo en la de El Toreo. En esta
misma exposición hay algunos ejemplos de ello. Pues ese es el punto de vista
preferido de Fred Hochberg, la foto picada; que no lo es tanto, cuando la
escena se desarrolla al otro lado del ruedo. Solamente en el caso de las
escenas camperas o en el exterior de las plazas se acercaba en el mismo plano a
los motivos a fotografiar.
No conocemos las ópticas que
utilizaba, pero por el tipo de encuadre debía trabajar con el tradicional de 80
mm, el estándar para Hasselblad (película 120 o 220 y negativos de 6 X 6 cms.) en este formato y quizás algún tele
corto. No era necesario disponer de
objetivos con mayor alcance, pues el tamaño medio de la cámara permite acercar
la imagen con la suficiente calidad, encuadrando el motivo.
Los tipos, el detalle de las
caras de los espectadores, el lenguaje corporal del torero o del conjunto del
rejoneador con su caballo y sobre todo esas escenas de corrales indican una
sensibilidad y una estética especial, para alguien que quizás llegó tarde al
mundo del toro. Esa irrupción en el mundo de la fotografía taurina, tardía
quizás, siempre es muy positiva para realzar y relanzar el arte del toreo y la
tauromaquia en todas sus variantes, campo charro incluido, con excepcionales
tomas del mundo ganadero de bravo en paisajes espectaculares.
Manuel Durán Blázquez
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Miguel Báez en la inauguración de la Exposición |
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Alguacilillo. El Toreo de cuatro Caminos, 1956 |
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Antonio Borrero Chamaco en El Toreo de Cuatro Caminos |
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Apartando las reses, Chinampas, 1950 |
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Cagancho y su sombra en el Toreo de Tijuana, 1957 |
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Descanso, chinampas, 1950 |
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Doble exposición en Tijuana, 1955 |
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El cite de Antonio Ordóñez, El Toreo de Cuatro Caminos, diciembre 1956 |
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El litrazo, diciembre 1956 |
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Gaonero de Litri al toro Barba Roja, El Toreo, diciembre 1956 |
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Guardianes de la bravura, Chinampas, años 50 |
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Lazando una res en Chinampas, años 50 |
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Lazando una vaquilla, chinampas, 1950 |
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Picando una res en un tentadero en Chinampas, 1950 |
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Probando un semental, Chinampas, 1950 |
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Toreo de salón, en un patio de vecindad, México, 1956 |
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Toros en los corrales. el toreo de Cuatro Caminos, 1956 |
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Trincherazo de el Callao, diciembre 1956 |
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Vaquero veterano, Chinampas, 1950 |
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Verónica de Juan Silveti, en El Toreo de Tijuana, 1955 |
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Yantar, Chinampas, 1950 |
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