Foto: Manuel Durán |
Los cirujanos
taurinos están reconocidos cómo los más capacitados de la profesión por su gran
pericia en el tratamiento de intervenciones de riesgo, de las cogidas por
empalamiento de astas de toro y los grandes destrozos que estos realizan en los
tejidos rotos.
Las plazas por lo
tanto deben de contar con un quirófano o en su defecto con una UVI móvil, en el
caso de Las Ventas además del quirófano principal se cuenta con varias
dependencias habilitadas dentro de la enfermería para el caso de que en el
transcurso de la lidia ocurran varias desgracias ya que en ocasiones saltan a
la arena toros que prenden a varios toreros o puede ocurrir que varios animales
prendan a sus respectivos antagonistas.
El reglamento
taurino es muy preciso a la hora de establecer los requisitos en cuanto a la certificación
que debe de extender el jefe del equipo médico quirúrgico de la plaza en cuanto
a que la enfermería reúne las condiciones mínimas necesarias para el fin a que
está dedicada y se encuentra dotada de los elementos materiales y personales
reglamentariamente establecidos.
El Reglamento se
abstiene de realizar una regulación minuciosa dada la rápida evolución que la
atención sanitaria viene experimentando, por lo que se remite a la normativa
específica sobre la prestación de estos servicios y las prevenciones que se
deben observar para la organización y celebración de espectáculos taurinos, no
sin antes exigir la concurrencia de suficientes medios personales y materiales
para arrostrar el riesgo de accidentes de los profesionales taurinos. Lo cierto
es que hay plazas con una equipación tan completa como la de los grandes hospitales.
En la memoria
queda las lamentables perdidas por una mala intervención en las enfermerías bien
sea por falta de medios o por una mala praxis de los cirujanos, aunque también
es cierto que hay casos donde el torero dio su último suspiro en el mismo
albero. La pérdida de Paquirri fue decisiva para prevenir desgracias con la
dotación reglada de estos centros sanitarios.
¡Que Dios reparta suerte!
Foto: Andrés Martínez |
y seis UVI móviles
del Samur. Por todo el estadio hay distribuidas seis clínicas avanzadas con dotación
medica de la Cruz Roja y coordinadas por los Servicios Médicos del Real Madrid.
En un partido normal se suelen atender entre cinco y diez asistencias.
Aunque no hay
quirófanos ya que las emergencias por lo general son alguna crisis de ansiedad,
dolores sospechosos en el pecho, mareos, dolor de cabeza, pequeñas heridas...
siempre son casos que no requieren intervención de urgencia a no ser los
infartos para lo que se dispone de desfibriladores para actuar de inmediato en
las diversas emergencias que se presentan entre el público que asiste al
partido. Se estima que los aficionados que lo requieren son atendidos por los especialistas
in situ o en las dependencias habilitadas para ello.
Existe una
enfermería (Medical Examination Room) en el hall que une los vestuarios, el titular
y el visitante, aunque los jugadores son asistidos en camillas dispuestas en
los vestuarios para que tanto los doctores o fisioterapeutas valoren o actúen
sobre las lesiones ocasionadas en el campo siempre que dichas lesiones no
requieran actuaciones más profundas ya sea radiografías, resonancias
magnéticas, etc. que en ese caso se realizan en los hospitales al que se
traslada el jugador. Aunque parezca desproporcionado el dispositivo sanitario
varía dependiendo de quién organice el encuentro ya sea el propio Real Madrid,
FIFA, UEFA... y queda a su cargo todo el dispositivo que, desde doctores,
auxiliares, etc. están a las órdenes del organizador y difieren de cada organización.
A todo esto, hay que sumar todos los eventos que se celebran en las
instalaciones del Real Madrid y que son competencia de los organizadores el
disponer de todo un aparato sanitario propio para paliar las diferentes
desgracias que ocurran mientras dura la celebración.
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