DÉCIMA DE FERIA

Rafaelillo, Fernando Robledo, Sánchez Vara
Ganadería: José Escolar

Casi seis silencios
Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez


Recuerdo a Joselito el Gallo


Podía ser perfectamente un cartel del tercer domingo de agosto, pero este año tocaba ponerlo el día del aniversario de Talavera, el día que en Madrid se guarda un minuto de silencio por la muerte de Joselito el Gallo. Y claro casi seis silencios como seis soles. Estaba claro que la tarde iba de silencios. Tan solo Rafaelillo en el primero saludó algo que se podía parecer a una ovación. Fue un toro imposible por el pitón izquierdo, pero por la derecha se le pudieron sacar muletazos con mucha transmisión. Y casi aquí se podía acabar el resumen de esta décima de San Isidro. Pero eso nunca se puede decir en una corrida de toros y menos en este encaste saltillo-albaserrada. Todos cumplieron en el caballo, pero a partir de ahí, todas las complicaciones.
Por decir algo a favor de los toros, quizás tercero y sexto, a los que se enfrentó Sánchez Vara y lo hizo como sabe, cuidando no demasiado la colocación y tirando lo justo de cada toro. Clavó banderillas en sus dos toros y resultó perfecto el sexto de los pares, es decir el último. Es curioso como cuadra en la cara del toro, pero a la hora de clavar ya no está donde debiera. Fernando Robleño apenas pudo ni pelearse, porque le tocaron los mansos de verdad. Con el quinto recorrió tras el toro todo el ruedo hasta degollarlo de un bajonazo.
La plaza llena, un vez más, y ya decía que tipo de cartel era al principio. El público perfectamente acostumbrado a estos silencios. Hoy no hubo cogidas. Afortunadamente el doctor García Padrós y su equipo no intervinieron, porque la tarde quizás podía ofrecer muchas posibilidades de percances. No se ve mal la corrida desde el tendido 7. Estrenamos ubicación, buscando ángulos y situaciones distintas.
Fernando Robledo con sensaciones negativas

Álvaro Oliver colocándose la montera

Juan Soriano y Ángel Utrera antes del paseíllo

El equipo de Larga Cambiada atento a Robledo y al de Escolar


Así se estiró Campanero al salir de toriles


Estocada perfecta de Sánchez Vara al tercero


El mejor par de Sánchez Vara



... y el adorno correspondiente


La suerte de varas desde el 7

Comentarios

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. La casta "crea" complicaciones. De ahí el sentido de la lidia.
    La borreguez, la "toreabilidad", el torito que se deja, el colaborador...etc no crea complicaciones (pero si bostezos)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario