Antonio Barrera/ Leandro/ Sergio Aguilar
Toros de Gerardo Ortega –Sepúlveda de Yeltes (5º)
En el segundo dieron la luz
Texto y fotos: J.M.S.V.
Natural de Leandro
El miedo entre rejas
Gaonera de Aguilar
Derribo con peligro
Las plumas del aguacil
Natural de Aguilar
Cambiado de Aguilar
Viendo la corrida
Toros de Gerardo Ortega –Sepúlveda de Yeltes (5º)
En el segundo dieron la luz
Texto y fotos: J.M.S.V.
Natural de Leandro
¡Lo esperado! Sin toros no hay toreros. Ayer escuché a un prestigioso periodista taurino un resumen de lo sucedió en la plaza. No me sorprendieron algunas cosas, pero una si que me llamó la atención, porque a modo de titular dijo: ¡Casi lleno en la plaza de Las Ventas!
Efectivamente así fue, pero nunca antes (casi nunca, por si acaso) en una primera de San Isidro la entrada había sido tan pobre, porque en el 5 y en el 6 no había hueco sino boquetes. Hoy más de lo mismo.
Así que como decía era lo esperado. Los matadores han escuchado aplausos por la voluntad y por jugarse el tipo con semejantes… Hubo peligro, demasiado en ocasiones, y se escucharon gritos de miedo en los tendidos en casi todos.
La corrida fue a menos, si en algún momento estuvo en más. El peligro elevó el valor de los toreros, que sin duda tuvieron arrestos.
Tengo anotadas las giraldillas de Leandro al segundo, pegado a las tablas del 9, y el revolcón que le dio el 5º y que pudo costarle un serio disgusto. Al negro mulato Desertor (494 kilos) lo pitaron porque parecía un llavero (eso dijo un vecino de asiento), y en el cuarto la lidia fue penosa.
Así que nos fuimos contagiando y el suelo se fue llenando de cáscaras de pipas; y cuando se comen muchas pipas es que ni se habla.
De lo que me acuerdo es de que en el segundo toro dieron la luz…
Efectivamente así fue, pero nunca antes (casi nunca, por si acaso) en una primera de San Isidro la entrada había sido tan pobre, porque en el 5 y en el 6 no había hueco sino boquetes. Hoy más de lo mismo.
Así que como decía era lo esperado. Los matadores han escuchado aplausos por la voluntad y por jugarse el tipo con semejantes… Hubo peligro, demasiado en ocasiones, y se escucharon gritos de miedo en los tendidos en casi todos.
La corrida fue a menos, si en algún momento estuvo en más. El peligro elevó el valor de los toreros, que sin duda tuvieron arrestos.
Tengo anotadas las giraldillas de Leandro al segundo, pegado a las tablas del 9, y el revolcón que le dio el 5º y que pudo costarle un serio disgusto. Al negro mulato Desertor (494 kilos) lo pitaron porque parecía un llavero (eso dijo un vecino de asiento), y en el cuarto la lidia fue penosa.
Así que nos fuimos contagiando y el suelo se fue llenando de cáscaras de pipas; y cuando se comen muchas pipas es que ni se habla.
De lo que me acuerdo es de que en el segundo toro dieron la luz…
El torilero
El regalo de la madre
Antonio Barrera
El miedo entre rejas
Gaonera de Aguilar
Barrera jugándosela
Desplante de Aguilar
Desplante de Aguilar
Brindis de Leandro
Derribo con peligro
Agujas
Leandro con la derecha
Las plumas del aguacil
Natural de Aguilar
Cambiado de Aguilar
Con las manos por delante
"Buceando" por internet he dado con este blog. ¡Qué sorpresa volver a veros a dos pedados de profesionales -y mejores personas, claro-, analizando este San Isidro desde vuestro particular y privilegiado enfoque. Gracias Juan Miguel y Gracias Palomita (La Niña del Sueño), por compartir vuestras fotos y vuestras palabras. Siempre es un placer. Un abrazo muy grande, y nos vemos por Las Ventas.
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