NOVILLADA SIN CABALLOS EN VILLAVICIOSA DE ODÓN (22 de septiembre)

Juan Bellido Chocolate, Lusi Olmo, Alfredo Bernabeu
Toros de Elisa Lucero Gallardo

La ilusión de todos

Texto y fotos: José María Sotomayor


Dos generaciones

Villaviciosa de Odón, la ciudad de las mil rotondas, celebraba uno de los festejos taurinos de su feria. Poco antes de las seis, en los aledaños de la plaza, un agente municipal facilitaba las cosas para que pudiéramos aparcar cómodamente. ¡Cuánta amabilidad! Cola en taquilla y muchas caras conocidas en esa tertulia a la solanera que es habitual en días de gran acontecimiento. Tanto que pensé que me había equivocado de fecha. Yo iba a ver una novillada sin picadores y aquello no parecía lo habitual. Pero no era una corrida cualquiera. Toreaba, en su pueblo, Juan José Bellido, Chocolate en los carteles, hijo y nieto de toreros. La tercera generación, al menos que yo conozca. No he consultado El Cossío para apuntalar la afirmación. En las paredes de la plaza, en ese grito que es el cartel, se podía leer otros dos nombres: Luis Olmo y Alfredo Bernabeu. Los erales pertenecían a la vacada de Dª Elisa Lucero Gallardo.
La tarde olía a ilusión de toreros jóvenes. A ilusión de padres toreros con ilusión. Y a ilusión de aficionados dispuestos a descubrir un futuro próximo de ilusión. Y no nos defraudaron. Verdes, no en el vestir, los chavales. Con defectos como se presume en quien está empezando. Pero con detalles que sustentan esas ilusiones de todos. Se las vieron con una novillada fuerte y ninguno se arrugó. Especialmente el último novillo se coló en todas las embestidas y por los pitones, puntas que podían herir seriamente. Le correspondió a Chocolate y no se arrugó en ningún momento. El detalle de lo que hicieron cada uno no es importante. Los tres se vistieron muy bien. Los tres se liaron perfectamente. Los tres hicieron un paseíllo perfecto. Y los tres realizaron todos los quites que le correspondieron. Y la terna se colocó bien para embarcar las embestidas. Y el trío tiró de los novillos, con la mano baja, para intentar torear mejor. Y remataron los pases y se quedaron bien colocados para engarzar el siguiente y los naturales lo remataron con los de pecho - obligados eran antiguamente y ahora no tanto – y hubo desplantes de valor y mataron sus novillos. ¿Lo hicieron todo bien? Claro que no, son principiantes y pero por eso el público los premió con muchos trofeos. Así se les incentiva y se les acrecienta esa ilusión que generosamente repartieron entre todos los que tuvimos la suerte de verlos. ¡Que Dios reparta entre ellos toda la suerte que se merecen!

Homenaje a Cesar Palacios


Plaza partida


Remate



Sombra de ilusión



Soñando