Feria de Otoño en Las Ventas (1 de octubre)

¡Sublime!

Toros de Gavira y 1 de Lozano (1º)
Iván Fandiño: saludos, silencio y oreja
David Mora: silencio, silencio y vuelta

Fotos y texto: JMSV

Dice el Diccionario de la Real Academia sobre la palabra sublime: “Excelso, eminente, de elevación extraordinaria”. Veamos si puedo justificar el término elegido para la corrida de hoy. Dos toreros de arte en el coso de Las Ventas. La plaza llena hasta la bandera. El público entregado. No daré detalles de la lidia, porque más allá de los derechazos y naturales, de las verónicas y medias, esto de hoy ha sido el arte de la tauromaquia en su esplendor. Hubo toros flojos, mansos, peligrosos y hasta que se dejaban. Pero por encima de todo esto hubo primero torería y luego emoción. Iván Fandiño y David Mora pasearon por el ruedo como los grandes (lo son), derrochando sentimiento, el mismo que hicieron llegar al respetable cuando en lugar de agachar la cabeza en el momento en que la tarde se venía abajo, miraron hacia el horizonte y a pecho descubierto se desnudaron como si fueran dos chiquillos con ganas de comerse el mundo. Por eso cuando los dos toreros se despidieron, el público no se movió de los asientos y les premió con una ovación que tuvo eco en los altos de Manuel Becerra.

De los detalles no les diré nada y les remito a las fotografías. Sólo apunto que hubo respeto, caballerosidad, entrega, pundonor, honradez, valor y elegancia; en fin, todo aquello que caracteriza a la Fiesta de los Toros. Y como al César lo que es del César, felicitemos a la empresa y a la Comunidad por tan importante cartel, al que los toreros han respondido como lo que son: dos figuras.