OCTAVA DE FERIA

Morante/Castella/Talavante Toros de Garcigrande
Texto: Israel Cuchillo / Fotos: JMSV

Otra vez al cielo de Madrid

CASTELLA VUELVE A LA TIERRA

Donde estaría el año pasado Castella. Acaso atontado en los vapores de la inmadurez, de una edad muy mala para una cuenta corriente reventada por las costuras, en un naufragio de amoríos o en una crisis de identidad que intentaba resolver con perillas, greñas y pendientes, vaya usted a saber. El caso es que el matador con la cara eterna de primera comunión volvió en 2009 hecho un tío a Las Ventas, con la idea entre ceja y ceja de salir a hombros. Y lo consiguió. Baratita si quieren, de una y una llorando, pero Puerta Grande al fin y al cabo para un matador que parece dejó la edad el pavo en la nochevieja de 2008 o por ahí. Oreja y oreja por querer y por torear con temple y aplomo con la derecha, sin soltar, que diría Paco Aguado, esto es, haciendo la noria o ligando las tandas en enormes circulares de cinco o seis muletazos. Cuando Castella arrase con la izquierda como lo hace ahora con la derecha me quitaré el sombrero. Mientras, mis respetos y mi enhorabuena. Y Madrid, Valencia. No encuentra su punto esta plaza que naufraga entre la reventolina de cuatro que quieren ser protagonistas y veinte mil que no tienen ni puta idea de toros. Si no, de qué iba a saludar Curro Molina en el quinto por dos pares de banderillas buenos y nada más que buenos.
A Morante no se le caen los anillos por ponerse el mono de faena y porfiar con dos burras del portal de Belén. Más escondido con la izquierda, mas sincero con la derecha. Y qué más quieren con la ventolera que castiga día sí y al otro también a Las Ventas y con las burras de Garcigrande. Ojo, que el sexto peleó en el caballo como lo hacen los bravos, estos es, empujando en el peto y rechazando el alivio redentor de los capotes, qué mejor excusa para irse del dolor. Pues no, este sexto prefería hierro en el lomo a perseguir la tela rosa. No salir suelto se le llama a eso, que parece se les ha olvidado a los fans de las corridas concurso.
Y ese sexto quizá hubiera sido un buen toro en la muleta. Quizá, porque Talavante anda como el Castella del año pasado: en los vapores de la inmadurez y de una cuenta corriente reventada por las costuras, digo yo. Porque si no, qué es.

Nota: este amago de crónica se perpetra pasadas las cinco y media de la mañana, con la boca llena de fango de Bacardí con Coca-Cola y fortunas y malboros, según quién asomara el paquete. Los vapores de la inmadurez, quizá.