Decimoctava de Feria (27 de mayo)

Nueve toros

Toros de Las Ramblas, José Vázquez (1ºsobrero), Ortigao Costa (2ºsobrero), José Luis Iniesta (3º sobrero)

El Cid: ovación y silencio

El Fandi: silencio y aplausos

Arturo Saldívar: ovación y silencio

Texto y fotos: Manuel Durán Blázquez

El noveno de la tarde de nombre Imputado, de 608 kg

Esos fueron los que salieron al ruedo en la decimooctava de feria. Los toros de Las Ramblas ya habían sido remendados en los corrales con uno de José Vázquez. Todos le tocaron a Manuel Jesús Cid. Los dos sobreros anunciados, de José Vázquez y de Ortigao Costa más un tercero, de José Luis Iniesta, que fue el que finalmente lidió en cuarto lugar y con el que desperdició un potable pitón izquierdo. Por ahí empezó la faena en los medios. Y la plaza se las prometía felices, sobre todo los señores del 7, que parecen tener en un santuario a este torero. Estuvo bien en algunas tandas con la derecha en su primero y sirvieron para terminar recibiendo una ovación después de meda estocada. No nos gustó nada en su segundo. Ajustar las distancias y torear hacia dentro es algo que parece haber perdido este torero.

David Fandila El Fandi no estuvo bien en su primer toro en algo que realmente destaca, en banderillas. Mejoró y mucho en su segundo, donde el famoso par de la moviola nos gustó y también a buena parte de la plaza, menos a los señores del 7, que a este torero precisamente no lo tienen en un santuario, todo lo contrario, se le condena por todo. Y no estuvo tan mal con la muleta, ni en uno ni en otro toro. Estuvo solvente con su primero, Orgánico, un toro que tiene su historia, según ha contado Luis Miguel Parrado que de esto sabe mucho en Los caminos del toro. De sobrero en varias plazas, al final, termina en San Isidro. El Fandi supo aprovechar bastante a este toro que, bastante escurrido de carnes y protestado, tenía cierta transmisión y hubo algunos muletazos realmente bien concebidos y trazados. En el segundo, desde la larga con el capote en el tercio hasta una gran estocada, estuvo por encima de un toro que transmitía lo justo, mucho más por lo tocado de pitones. En esto destacaron los cuatro toros de Las Ramblas lidiados, en pitones. Bueno y en kilos y tamaño el sexto. toro de seis años menos un mes y 608 kilos.

Y es el toro con el que cerró plaza el mexicano Arturo Saldívar, que sustituía a Curro Díaz. La disposición y las ganas de hacer y de agradar lo más importante. No perdonó quites, salvo en su último toro precisamente, el de los 608 kilos. Sus dos toros fueron complicados de lidiar y de lucir, con la cara siempre por arriba. No obstante consiguió detalles que le hicieron estar por encima de sus dos oponentes. Mató bien a su primero lo que le sirvió para saludar y no tanto al último, al que hasta cuatro veces pinchó, para rematar con un descabello y no tan bien al último.

La tarde, complicada por la lluvia caída previamente y por los nueve toros que saltaron al ruedo, resultó bastante plúmbea aunque hasta llegó a salir el sol en algunos momentos de la tarde. Se nota la holgura en los tendidos después de 18 tardes de toros. Analizando los carteles que se van sucediendo y que restan aún, posiblemente se noten más aún esos espacios en los tendidos. Echen ustedes un vistazo a lo que resta de carteles anunciados y salvo la corrida de Beneficencia, ¿díganme cual puede resultar a priori, atractivo para llenar la plaza? Mi amigo Antonio, de Granada y paisano de el Fandi, me dijo al terminar la corrida que al menos su torero y el mexicano debieron ser premiados con algo más en sus respectivos primeros. ¡Qué dura es la plaza de Madrid!.