Toros en Las Ventas (7 de agosto)

Toros de La Dehesilla (1,2, y 4) y José Luis Pereda (3, 5 y 6)

Frascuelo: oreja y silencio

Andrés Palacios: oreja tras aviso y saludo tras aviso

Raúl Velasco: saludo tras aviso y vuelta

Fotos y texto: JMSV

Frascuelo paseando la oreja de su primero

¡Va por ustedes! No es que les brindemos este apunte sobre lo ocurrido hoy en Las Ventas, sino que ese fue el grito de Frascuelo cuando toreaba a Barbaverde en el centro del platillo. Tarde interesante con buenos toros a los que los diestros han sacado partido, demostrando que pueden y deben estar en Feria. Confirmó la alternativa Raúl Velasco y su padrino Frascuelo le dio un discurso acorde con su larga experiencia.

Sorprendió Velasco por su temple, su entrega y su buen hacer con el capote y la muleta. Toreo despacio, de ahí el aviso, pero hizo una faena completa que mereció más premio que el saludo desde el tercio.

El señor Frascuelo al que deberíamos poner el don por delante aunque se trate de un apodo, tuvo pellizco en su primero, que fue el segundo de la tarde, y fue dejando esos detalles como gotas de perfume que impregnaron de olor la plaza entera. Mató bien y paseó la oreja con los ojos brillantes de alegría. Cuando César Palacios le lanzó su gorra de chulapo la recogió de la arena y se subió al estribo de la tablas para devolvérsela al tiempo que le daba las gracias.

Y luego llegó Andrés Palacios, serio, sobrio, con empaque, sabiendo lo que hacía en cada momento y trazando cuatro o cinco pases de cartel. Por naturales estuvo sembrado. Con e toreo elegante se ganó la oreja.

El cuarto y el quinto tuvieron menos fuerza y no permitieron el lucimiento. Frascuelo lo vio enseguida y la experiencia le llevó a despacharlo rápido. Palacios lo intentó, pero no había materia prima. En el sexto volvió Velasco a dar otra lección y entendió a su oponente, al que dio la lidia correcta. Se pidió la oreja con fuerza, con lo que la terna hubiera empatado en trofeos, pero la presidencia no la concedió. Pero la vuelta al ruedo le supo a gloria y la dio lenta, como es de precepto cuando se torea en Las Ventas.
La próxima semana ya estaremos en ferragosto (así le llaman los italianos a lo que nosotros decimos La Paloma) y volveremos a los toros, porque es cierto lo que siempre se dice: nunca sabemos lo que nos depara una corrida.