Cuarta de la Feria del Arte y la Cultura (8 de junio)

Pequeño gran hombre: Alberto Aguilar

Oreja para Alberto Aguilar

Toros de Victorino Martín

Antonio Ferrera: aplausos tras aviso y silencio tras aviso
Diego Urdiales: silencio y aviso en ambos
Alberto Aguilar: oreja y vuelta

Texto y fotos: JMSV

Pequeño gran hombre. Así se titula la película de 1970 de Arthur Penn, protagonizada por Dustin Hoffman. Hoy el pequeño gran hombre ha sido Alberto Aguilar, que estuvo a pocos centímetros de alcanzar la Puerta Grande. Eso fue lo que faltó para que la espada acabara con la vida del sexto y para que el respetable pidiera la segunda oreja de la tarde. Dos los victorianos fueron excelentes (primero y tercero, aplaudidos en el arrastre) y otros dos pudieron ser desorejados. Ferrera desperdició el gran toro con el que se abrió el espectáculo, y en el cuarto tampoco estuvo a la altura. En banderillas estuvo más atleta que torero. Diego Urdiales cumplió en el segundo, al que mató de una gran estocada al tercer intento. En el quinto, que brindó al público, empezó con ganas pero enseguida se desconfió y alargó la faena hasta que fue pitado.

Nuestro “Pequeño gran hombre”, Alberto Aguilar, comenzó la faena en el tercero citando de largo. Las tandas con la derecha fueron emocionantes, y con la izquierda también dominó a su oponente. Estuvo valiente y entregado, pero también en torero. Mató de gran estocada en los terrenos del 5. Al sexto le dio tres tandas con la derecha y dos con la izquierda, con dos naturales que fueron cantados con olés rotundos. Sacó de "Botero" todo lo bueno que tenía y cobró media estocada tendida y algo trasera. De no haber tenido que descabellar dos veces habría salido por la Puerta Grande. Aguilar mostró esta tarde que tiene ganas, pundonor y arrojo, y que además sabe torear.

Esta tarde he tenido junto a mi al abuelo, los padres y a la hermana de Aguilar, no en un burladero del callejón ni en una barrera del 9, sino en el tendido 4 de sol, junto a los clarines. Cuando dio la vuelta al ruedo en el tercero, su hermana le lanzó un clavel y el torero lo besó. Vi entonces en los ojos de la muchacha lo que significa ser torero para los humildes…