Novillada en San Sebastián de Reyes (1 de septiembre)

Dos ilustres abuelos

Novillos de Ángel Luis Peña de desigual comportamiento

Sebastián Riter: de Colombia, silencio, vuelta y silencio en el sexto, que mató por cogida de Armillita

Juan Luis Ambel: Posada de Maravillas, oreja y dos orejas

Fermín Espinosa, Armillita: de México, silencio y cogida en el sexto

Parte de la cogida: Cornada en la cara interna del muslo derecho de dos trayectorias: una ascendente de 10 cms. que llega a la ingle con rotura de vena safena; y otra descendente de 10 cms. que afecta al abductor. Trasladado al Hospital Reina Sofía

Texto y fotos: Manuel Durán

Juan Posada (Juan Barrano Posada) y Fermín Espinosa Saucedo, Armillita eran los abuelos del segundo y tercer novillero del cartel. El primero, Sebastián Riter, es (era) la última apuesta de Antonio Corbacho, a quien recordamos en estos momentos y a quien tanto debe la Tauromaquia del valor y de la verdad. Po cierto, como seña de identidad de todos los toreros de Corbacho, se lía el capote sin ayuda.

Fue la tarde de Posada, a quien le correspondieron los dos mejores novillos de la tarde y que supo aprovechar a la perfección con un toreo muy carismático y personal. Nos recordó en su toreo a muchísimas instantáneas de su abuelo Juan Posada.

Sebastián Riter tiene valor y sabe torear. Su quietud obliga a que los novillos trasmitan. Y, al no hacerlo los que le correspondieron hoy, pasó casi de puntillas por La Tercera.

Y el otro torero de dinastía, Fermín Espinosa, demostró que sabe torear. Torero serio, de estética ortodoxa sin excentricidades, nos recuerda en su hacer el arte del maestro Curro Vázquez, pero también al toreo de su tío Miguel. Durante la faena al sexto de la tarde fue herido, con un derrote seco en la ingle derecha, que aunque en principio no parecía especialmente grave, la rotura de la vena safena confiere un tinte de bastante riesgo.